tag:blogger.com,1999:blog-77957630865789444832024-03-14T07:40:47.028+01:00Mis Relatos y demás.Bienvenidos a mi blog:
Prefiero vivir con mi locura a estar condicionada a la cordura de los demás.
(Sylvia Ellston). Derechos reservados. Blog con número de registro IBSN: 00-1976-96-04. Obras registradas en Safe Creative. Nº Registro de autor: 1-111110-499628Sylvia Ellstonhttp://www.blogger.com/profile/14393199731253694883noreply@blogger.comBlogger124125tag:blogger.com,1999:blog-7795763086578944483.post-57778129373392094922020-02-12T22:25:00.001+01:002020-02-12T22:26:11.634+01:00Resignación «Sé qué es lo que quiero, pero me he equivocado tantas veces que no soportaría verte como un error. Permaneceré cerca, disfrutando del calor que desprendes, pero no quiero quemarme. Aunque sufra en silencio, la calidez de tu cercanía siempre será mejor que el gélido destello de tu partida»<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-PKoIwGNZftc/XkRtGy1dy1I/AAAAAAAAgLQ/RgBYY5OFAP4tZAQOGGSiF8jgSGYtQtoWwCLcBGAsYHQ/s1600/IMG_20200212_222210.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="217" data-original-width="220" height="394" src="https://1.bp.blogspot.com/-PKoIwGNZftc/XkRtGy1dy1I/AAAAAAAAgLQ/RgBYY5OFAP4tZAQOGGSiF8jgSGYtQtoWwCLcBGAsYHQ/s400/IMG_20200212_222210.png" width="400" /></a></div>
<br />
<div>
<br /></div>
Sylvia Ellstonhttp://www.blogger.com/profile/14393199731253694883noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-7795763086578944483.post-16098191595373719392018-05-29T13:31:00.001+02:002018-05-29T13:31:51.416+02:00Una lagrima más<div style="text-align: center;">
</div>
<div>
</div>
<div>
<br /></div>
<div style="text-align: center;">
XLI</div>
<div>
<br /></div>
<div>
<div style="text-align: center;">
Sólo en soledad, derramo lágrimas de hiel. </div>
<div style="text-align: center;">
Se deslizan por los surcos que dejaron las palabras que no dije. </div>
<div style="text-align: center;">
Intento regar con ellas el recuerdo yermo que amenaza por extender.</div>
<div style="text-align: center;">
Deseo que de ellas brote la zarza cuyas espinas le protejan de mi olvido.</div>
<div style="text-align: center;">
No sé si mis lágrimas significan algo,</div>
<div style="text-align: center;">
Pero hoy tengo ganas de llorar.</div>
</div>
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://4.bp.blogspot.com/-Xe_ZKnQC_dA/Ww05-IIoymI/AAAAAAAAWz0/CCKN9KoudQ0twmp8AzoHywL5OOvTk-MOQCLcBGAs/s1600/l%25C3%25A1grima.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="273" data-original-width="375" height="290" src="https://4.bp.blogspot.com/-Xe_ZKnQC_dA/Ww05-IIoymI/AAAAAAAAWz0/CCKN9KoudQ0twmp8AzoHywL5OOvTk-MOQCLcBGAs/s400/l%25C3%25A1grima.jpg" width="400" /></a></div>
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
Sylvia Ellstonhttp://www.blogger.com/profile/14393199731253694883noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-7795763086578944483.post-36531920415255522092017-08-23T11:23:00.002+02:002022-10-13T07:34:49.637+02:00Citas VI<blockquote class="tr_bq">
<br />
<blockquote class="tr_bq">
<blockquote class="tr_bq">
<span style="font-size: large;">«La melancolía que provoca la soledad es un estado efímero que desaparece cuando empiezas a notar el dulce sabor de la libertad»</span></blockquote>
</blockquote>
</blockquote>
***<br />
<blockquote class="tr_bq">
</blockquote>
<blockquote class="tr_bq">
«Si cabreas a un escritor...</blockquote>
<blockquote class="tr_bq">
Morirás de mil modos inimaginables.</blockquote>
<blockquote class="tr_bq">
Cada cual más cruenta que el anterior»</blockquote>
<br />
<blockquote class="tr_bq">
</blockquote>
<blockquote class="tr_bq">
«Dicen que es mejor tener pájaro en mano que ciento volando.</blockquote>
<blockquote class="tr_bq">
Pues yo prefiero no perderme qué me puede ofrecer ese ciento»</blockquote>
<br />
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: center;">
"El futuro me lo imagino con lingüistas que en vez de descifrar jeroglíficos y lenguas muertas, descifren mensajes de whatsapp de los "millennian"</blockquote>
<br />
<blockquote class="tr_bq">
«En el mundo literato, los escritores son un río y sus obras un océano. Coartar su creatividad es como crear presas donde sólo unos pocos serán beneficiados y muchos sufrirán sequía» </blockquote>
<div style="text-align: center;">
*** </div>
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<div style="text-align: center;">
«Hay instantes que perpetúan toda una vida y serán ecos en la eternidad.»</div>
<div style="text-align: center;">
***</div>
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: center;">
Siempre será mejor vivir con el recuerdo de lo que se hizo aunque fuese un error y convertirlo en experiencia, que sobrevivir cargando la losa de la incertidumbre por no atrevernos a responder a una simple pregunta: ¿Y si...?</blockquote>
<div style="text-align: center;">
***</div>
<br />
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: center;">
</blockquote>
<blockquote class="tr_bq">
</blockquote>
<blockquote class="tr_bq">
Triste es el que creyendo que sabe, nada nuevo aprende.<br />
Del creer al saber hay un gran haber.</blockquote><p> ***</p><p style="text-align: center;"> Eres el suspiro del ocaso y la sonrisa de la alborada.</p>
<blockquote class="tr_bq">
</blockquote>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://4.bp.blogspot.com/-dngQTpMp-K8/WZ1Jlm0gtZI/AAAAAAAASJg/KeRwodieoKI153M91YkHzXQMVGEXe412wCLcBGAs/s1600/IMG_20170216_233029_927.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="720" data-original-width="720" height="320" src="https://4.bp.blogspot.com/-dngQTpMp-K8/WZ1Jlm0gtZI/AAAAAAAASJg/KeRwodieoKI153M91YkHzXQMVGEXe412wCLcBGAs/s320/IMG_20170216_233029_927.jpg" width="320" /></a></div>
Sylvia Ellstonhttp://www.blogger.com/profile/14393199731253694883noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7795763086578944483.post-334776928882756542016-07-14T17:53:00.000+02:002016-07-14T17:55:21.982+02:00Ouija (1 de 2)<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
El tema de conversación era nuevamente sobre los espíritus, demonios y demás temas paranormales. Cada cual contaba una anécdota que aseguraba ser real y siempre iniciado con "el amigo de un amigo..."</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
Ramón era en ese momento el único chico del grupo ya que los demás no habían venido y parecía que no lo iban a hacer. Así que él, como siempre solía hacer, aprovechó para hacerse el "gallito" delante de las chicas. Cuando terminó la tercera historia, Sonia se estremeció sintiendo un escalofrío y comentó que no le agradaba esa conversación porque le daba mucho miedo.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
Ramón se envalentonó más aún y se mofó de ella presumiendo de ser completamente escéptico. Que eran sugestiones y que todo estaba en la mente.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
Cayeron un par de gruesas gotas de lluvia. Y se pusieron en camino, habían quedado para ir a casa de Elena para hacer una sesión de ouija, pero los demás no habían llegado aún y no se vaticinaba una buena tarde para esperarles. Las tormentas de verano suelen ser muy fuertes.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
- Se habrán "rajado" - se burló Ramón - Y luego presumen de ser machos alfa.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
- A mí tampoco me hace gracia - musitó Sonia - Sólo acepto porque tú vienes.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
Ramón sonrió ampliamente y aprovechó la zozobra de Sonia para darle un abrazo de ánimo con aire protector.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
Aunque su mirada reflejaba otro tipo de brillo. Elena vivía en una casa de tres plantas donde en verano vivía su madre y ella solas, en invierno la casa se llenaba de estudiantes que alquilaban las habitaciones. Además de usar su casa como pensión, la madre de Elena trabajaba de enfermera y las noches en las que tenía guardia, daba permiso a su hija para que toda la pandilla se quedase a dormir y así se quedaba con la tranquilidad que su hija no se quedaba sola.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
Por eso Ramón estaba tan animado y envalentonado. Porque además de ser el único chico que estuviese con ellas, todo parecía apuntar que al fin tenía una oportunidad de enrollarse con Sonia. Era la única que aún no había besado y por lo que decían, tenía algo que enganchaba.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
Ese grupo de amigos era algo inusual, al menos a los ojos de todo el instituto. No era un secreto que estaban todos revueltos pero no juntos, es decir que se "enrollaban" los unos con los otros sin sentirse comprometidos ni atados a nadie.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
La filosofía que tenían era simplemente de disfrutar de su juventud sin ataduras, compromisos ni relaciones estables, simplemente, vivir el momento. Y era algo que todos llevaban muy bien ya que al no haber apego, no hubo nunca rencillas ni celos por parte de nadie. Y si lo había, pues tampoco decían nada porque las cosas estaban más que claras entre ellos.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
Sonia se dejó agasajar por Ramón y éste estaba cada vez más seguro de su victoria. Ella siempre había rechazado sus proposiciones y él estaba convencido que era porque Sonia sentía algo más por él y no quería que sus sentimientos estropeasen la amistad. Incluso había declarado su afirmación con Álvaro, el mejor amigo de Sonia y quien mejor la conocía. Y éste, en lugar de negarlo rotundamente, cambiaba de tema drásticamente con cierto ápice de celos lo cual, llevaba a Ramón creer en la certeza de sus suposiciones.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
Prepararon el comedor para crear mejor ambiente, repartieron velas por toda la estancia y se sentaron al rededor de la mesa redonda con una tabla casera de ouija hecha con un trozo de cartón con el alfabeto escrito a mano y las palabras "SI", "NO", "ADIÓS". Cogieron un vaso pequeño Ramón junto a las cuatro chicas del grupo, se dispusieron a iniciar la sesión. </div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
- ¿Quién invoca? - preguntó Elena.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
- Yo no - Sonia se apresuró a responder con rotundidad - A mi me han contado que si esto sale mal, el espíritu atormenta a quien le haya invocado.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
- Pues yo tampoco - añadió Raquel</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
- Y yo menos - sentenció Miriam.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
Las cuatro chicas miraron a Ramón esperando una respuesta. Él se sintió más crecido, no sólo iba a pasar la noche bajo el mismo techo que ellas. Además, no estaban los chicos que siempre tenían la manía de tomarle el pelo y ridiculizarle cada vez que quería lisonjear a las chicas.</div>
Él era consciente de que físicamente se podía considerar "del montón" pero estaba convencido de que tenía una atracción encantadora que le hacía irresistible. Y las chicas, sobre todo Sonia, se burlaban de él como un mecanismo de defensa.<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
- Yo invocaré - anunció Ramón - Tranquilas chicas, no dejaré que os ocurra nada.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
Todos apoyaron el dedo índice sobre el vaso de cristal. Seguramente sería por sugestión, pero pareció que la temperatura de la habitación había descendido un par de grados. Ralentizaron la respiración y Ramón carraspeó un par de veces para poder aclararse la voz.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
- Espíritu. Yo te invoco e invito a acudir ante nuestra presencia. Ven... ¿Estás aquí?</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
Todos esperaron expectantes con la mirada fija en el tablero casi conteniendo el aliento. Pero tras unos segundos de espera, no ocurrió nada.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
- Espíritu. Yo te invoco e invito a acudir ante nuestra presencia. Ven... ¿Estás aquí.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
Ramón repitió la frase para iniciar el juego pero con una entonación más solemne, pero para el fastidio del grupo el resultado fue el mismo.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
- Esto no funciona, es una tontería - dijo Elena con intención de levantarse.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
- ¡No quites el dedo! - exclamó Sonia - Si abres el circulo, el espíritu quedaría liberado.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
- Joer, qué susto me has dado tía - rió Elena - Te estás rayando tela, será mejor que...</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
Elena enmudeció al instante al ver cómo el vaso se deslizaba lentamente hacia la palabra "SI", inmediatamente, volvió a poner el dedo sobre el vaso y miró con aire acusador a sus amigos.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
- Lo estáis moviendo.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
- No, no - contestaron todos casi al unisono.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
- ¿Está funcionando?</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
- Eso parece</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
- Pero Elena ha roto el círculo. El espíritu ha entrado con una puerta abierta a nuestra dimensión.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
- No, no. Yo he puesto el dedo en cuanto he visto que se movía. Eso cuenta ¿no?</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
Las chicas miraron a Ramón esperando una respuesta. Él sonrió de modo condescendiente y negó con la cabeza con aire conciliador.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
- No os preocupéis. No pasará nada. - Miró al tablero y prosiguió con el juego - ¿Cómo te llamas?</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
- T-U L-O S-A-B-E-S</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
- ¿A quién se lo dices?</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
El vaso se deslizó lentamente y se quedó parado justo delante de Ramón, seguidamente, retrocedió al centro del tablero y volvió a apuntarle dos veces más.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
- Yo no sé tu nombre.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
-SI</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
- Esto me está dando algo de grima. - murmuró Sonia - ¿Y si preguntamos otra cosa?</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
- ¿Cómo has muerto? - preguntó Elena.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
- NO M-U-E-R-T-O</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
- Esto sólo significa algo - susurró Miriam con cierto aire de preocupación - Que es un demonio.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
- No digas eso ni en broma - musitó Ramón con un hilo de voz, toda su fortaleza comenzó a flaquear -Venga chicas, si esto es una broma no tiene gracia.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
- Si es cierto que hay alguien aquí, que de una señal - ordenó Raquel.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
Todos guardaron silencio esperando expectantes. Entonces, la mesa dio un salto que hizo que todos exclamasen sorprendidos y algo asustados. Se miraron los unos a los otros con aire acusador, pero ninguno reconoció la autoría de esa acción.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
- Me estoy asustando - dijo Miriam.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
- ¿En serio que no sois vosotras? - insistió Ramón con un ápice de temblor en su voz.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
- Si es cierto que hay alguien aquí, que de una señal fuera de esta habitación - ordenó Elena a modo de respuesta.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
Volvieron a guardar silencio manteniendo todo el cuerpo en tensión. Entonces, se escuchó desde la cocina un ruido estrepitoso, como el de un vaso romperse tras impactar contra el suelo. Todos gritaron, incluso Ramón que se olvidó de aparentar delante de las chicas.</div>
- Tenemos que hacer que se marche - dijo Elena con un hilo de voz.<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
Ramón recitó la frase para terminar la sesión, pero el vaso en vez de deslizarse hacia la palabra "ADIÓS" lo hizo hacia el NO. Él volvió a recitar la orden, pero el vaso volvió a indicar una negativa. Por tercera vez y en esa ocasión con tono autoritario y casi gritando, Ramón volvió a repetir la frase. El vaso comenzó a puntear "NO" repetidas veces y a cada negativa el vaso iba cada vez más y más rápido. Ramón estaba pálido, a Elena se le saltaron las lágrimas, Raquel y Miriam alternaron casi al borde de la histeria la orden para que esa presencia abandonase el juego. Entonces, Mirian gritó con desesperación.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
- ¡Para, para para! - retiró el dedo del vaso.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
- Sonia, no abras el círculo.</div>
- ¡Quiero que pare de una vez! - chilló ella a la vez que agarró el tablero.<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
- ¡¡¡Sonia nooooooooooooo!!! - gritaron todos a la vez.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
Pero ella los ignoró y a pesar que Ramón se abalanzó sobre ella para recuperar el tablero, no llegó a tiempo para detenerla. Y ella partió el tablero de cartón en dos ante la mirada de sorpresa, miedo e incredulidad de sus amigos...</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
(Continuará)</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://4.bp.blogspot.com/-7ymXig6veiw/V4UR0j22pgI/AAAAAAAAKcU/aR5QnfZebPE2qx6kSIEOAH0mucys0xprACLcB/s1600/200_s.gif" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="223" src="https://4.bp.blogspot.com/-7ymXig6veiw/V4UR0j22pgI/AAAAAAAAKcU/aR5QnfZebPE2qx6kSIEOAH0mucys0xprACLcB/s400/200_s.gif" width="400" /></a></div>
<br />Sylvia Ellstonhttp://www.blogger.com/profile/14393199731253694883noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7795763086578944483.post-63640143948808148312016-06-05T22:07:00.001+02:002016-06-06T10:56:38.709+02:00Ultraje (Parte final)<div style="text-align: justify;">
<div style="text-align: justify;">
Se había hecho de noche y no había luna, tenían que irse de allí. La ayudó a levantarse pero las fuerzas le fallaron y cayó sentada. Él la cogió en brazos sin dejarle de hablar en ningún momento. Le contó anécdotas de ambos, recuerdos cuando eran más pequeños rememorando algunas travesuras. Ella sonrió débilmente con la cabeza apoyada sobre el hombro de su amigo.<br />
A medida que se acercaban al lugar donde estaban acampados, ella volvió a llorar de nuevo. Comenzó a sentir vergüenza y culpabilidad por lo ocurrido, no quería que nadie se enterase de lo que le habían hecho. Le hizo prometer a su amigo que jamás hablaría de ello con nadie, con absolutamente nadie... él se lo juró.<br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Los demás estaban alrededor de la hoguera cenando y bromeando entre ellos. Cuando les vieron llegar, no les extrañó que apareciesen de ese modo. Imaginaron que sería parte de alguna de sus bromas o que al fin esos dos amigos inseparables hayan dado un paso más. Cosa que todos apostaron que finalmente ocurriría. Así que no se acercaron pero intercambiaron miradas divertidas y confidentes cuando él entró con ella en la tienda de campaña y cerró la cremallera sin decirles nada ni mirarles en ningún momento.<br />
- Yo sabia que al final se liarían - dijo uno - ¿No os lo dije cuando se marchó para buscarla?<br />
- Seguro que lo tenían planeado. Han tardado mucho, seguro que mañana se hacen los locos y disimulan - respondió otro - Creo que esos dos se han enrollado más de una vez.<br />
Los demás rieron y se sumaron a la chanza. Unos diciendo la buena pareja que hacían y otros diciendo que ya era hora y eso tenía que ocurrir tarde o temprano.<br />
<br />
Dentro de la tienda de campaña, él la recostó con sumo cuidado prestando atención a la conversación exterior. Les odió al oírles reír despreocupadamente, quiso callarles a puñetazos. Pero se contuvo, le hizo un juramento y será mejor que los demás piensen que están juntos. Se recostó a su lado susurrándole infinidad de promesas hasta que ella se quedó sumida en un inquieto sueño que fue velado por él toda la noche.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
Antes del amanecer, él decidió marcharse con ella. Aprovechó que todos dormían para poder irse sin sen vistos y así no tener que dar explicaciones porque el estado anímico de ella y sus lesiones, le obligaría a dar unas explicaciones que juró que callaría.<br />
Sabía que cuando los vuelvan a ver no les preguntarían por haberse marchado de aquel modo. En más de una ocasión, ellos dos habían dejado plantados a sus amigos para ir a su aire y tras escuchar la conversación que mantuvieron sus amigos la noche anterior, estaba convencido que eso es lo que creerían.</div>
<br />
Cogieron el primer tren de la mañana y tal como él esperaba, comprobó con alivio que estaba prácticamente desierto y pudieron sentarse en un vagón sólo para ellos.</div>
<div style="text-align: justify;">
No podía llevarla a su casa, la acampada estaba planeada para dos semanas y no podía regresar sin faltar a su juramento de guardar silencio. Toda ella suscitaba a hacer preguntas que no podría responder. Ella necesitaba ahora mismo calma y sosiego, daría la vida por volver a ver ese brillo especial en sus ojos, esa eterna sonrisa en sus labios. Era su mejor amiga, la quería como si fuese su hermana y verla en ese estado anímico era más de lo que podía soportar.</div>
<div style="text-align: justify;">
- ¿Por qué me han hecho esto? - preguntó ella con un hilo de voz - ¿Por qué a mí?</div>
<div style="text-align: justify;">
- No te atormentes, no volverán a acercarse a ti, te lo juro.</div>
<div style="text-align: justify;">
- Yo lo provoqué</div>
<div style="text-align: justify;">
- ¿Cómo?</div>
<div style="text-align: justify;">
- Me dijeron que yo los provoqué. Que mi forma de mirarles en el instituto les invitó a hacerlo.</div>
<div style="text-align: justify;">
- No, no vuelvas a pensar en eso - él la abrazó y apretó los dientes con rabia - Esa es su excusa y aunque fuese así, no tenían ningún derecho a hacer lo que hicieron. No significa no.</div>
<div style="text-align: justify;">
Ella se acurrucó junto a él y ocultando la cara en su pecho, comenzó a llorar en silencio. Él le acarició el brazo con suavidad y miró por la ventanilla. La alborada despuntó, a él le pareció irónico que fuera hubiese un paisaje tan sosegado y apacible y en cambio dentro de aquel vagón parecía que el mundo se había acabado.</div>
<div style="text-align: justify;">
Ver el amanecer le dio una idea, no había nada que a ella no le gustase más que ver una puesta de Sol. Así que ya supo dónde podrían ir, al apartamento de sus padres en la playa. Él tenía las llaves consigo y no serán molestados por nada ni nadie.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Pasaron tres días y ella continuaba sumida en una profunda tristeza. Él la obligó a comer aún sabiendo que vomitaría todo cuanto había ingerido, pero no desistió en su empeño. Por la noche, cuando las pesadillas la atormentaban, él la despertaba para asegurarle que estaba a salvo y después le leía en voz alta porque su voz la serenaba y volvía a dormirse.</div>
<br />
Por la mañana daban largos paseos en silencio y por las tardes se quedaban sentados en la orilla para ver la puesta de sol mientras las olas acariciaban sus pies.<br />
<div style="text-align: justify;">
Ella permaneció mirando al sol anaranjado mientras que él la observaba impotente buscando desesperadamente en la mirada de su amiga, aquel brillo que siempre desprendía pero sólo veía jirones de lo que fue.</div>
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- ¿Cómo me encontraste? - preguntó con voz apagada.<br />
- Siempre terminas por perderte - respondió con una punzada en el estómago al recordarla bajo aquellos desgraciados - Te estuve buscando hasta que escuché que... que...<br />
- Tardaste demasiado.<br />
- Ojalá lo hubiese sabido, ojalá no te hubiese dejado sola.<br />
- Tardaste demasiado - repitió ella, apoyó la cabeza sobre las rodillas y comenzó a llorar en silencio.<br />
<br />
Él asintió con resignación apretando los labios. Esto se había convertido en una parte más de esa dolorosa rutina. Sabía que no le culpaba directamente, que sólo se estaba desahogando y su mente distorsionada buscaba miles de resoluciones distintas para aquel día fatídico.<br />
Permanecieron en silencio mirando el océano hasta que se hizo noche cerrada.</div>
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<br /></div>
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Al quinto día él consiguió que se tomase un baño en el océano y ella no había vomitado el desayuno. Parecía una mejora significativa y él se sintió más aliviado.<br />
- Voy un momento a la tienda para comprar algo para comer.<br />
- Vale.<br />
- ¿Qué te apetece?<br />
- Quiero desaparecer.<br />
- Por favor, no hables así. Me haces daño, quiero ayudarte pero no puedo hacer nada si no pones de tu parte.<br />
- Lo siento.<br />
- Espérame aquí y no te muevas, no tardaré.<br />
- Tranquilo, siempre terminas encontrándome.<br />
Él se alejó echando la vista atrás de vez en cuando. Cuando vio que ella se recostó en la tumbona con la vista fija en el océano, apresuró el paso para ir al supermercado y tardar lo menos posible.<br />
<br />
Cuando ella se encontró sola, los recuerdos volvieron a aparecer en su cabeza. Sus voces resonaban en su interior "ahora me toca a mí", "¿Te gusta?", "Esta zorra tiene para los dos"<br />
Un hombre pasó cerca, la miró un instante y sonrió levemente. Ella sintió pánico, buscó con la mirada a sus amigos pero su turbación hizo que viese miles de ojos lascivos fijos en ella.<br />
El pánico se apoderó de ella y salió corriendo para refugiarse en el apartamento.<br />
<br />
Cuando él regresó a la playa, comprobó asustado que ella no estaba allí. Sintió una punzada en el estómago al recordar sus palabras. "Tardaste demasiado", "quiero desaparecer", "Siempre terminas encontrándome"... Tuvo un mal presentimiento y preso del pánico emprendió una vertiginosa carrera hacia el apartamento.<br />
La puerta de entrada estaba entre abierta y con la llave puesta desde fuera. Entró llamándola a gritos pero no obtuvo respuesta. La única puerta cerrada era la del baño quiso abrirla pero estaba atrancada.<br />
- No, no... por favor no... - musitó llorando de impotencia mientras intentaba abrir la puerta.<br />
Sin pensarlo, cogió impulso y derribó la puerta de una patada.<br />
Sus temores se vieron confirmados y la sangre se le heló al comprobar que sus temores no eran infundados.</div>
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<br /></div>
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La encontró de pie frente al espejo. Ella se giró sobresaltada ante la violenta intromisión. Gruesas gotas de sangre brotaban de su mano izquierda y en la derecha una hoja de afeitar.<br />
El miedo de perderla para siempre se adueñó de su albedrío y la abofeteó en la mejilla. Se arrepintió nada más hacerlo pero su mano fue más rápida que sus pensamientos. Ella calló al suelo de rodillas e intentó recuperar la hoja de afeitar que había soltado a causa del bofetón inesperado.<br />
Ambos forcejearon una intentando terminar lo que había empezado y él impidiéndoselo.<br />
- ¡Déjame! - gritó ella - ¡Quiero morir!, ¡déjame morir!<br />
- Estúpida, eres una estúpida egoísta.<br />
- No, no puedo. No puedo, es el único modo.<br />
- No me dejes, no sabría qué hacer sin ti.<br />
- Me quiero morir.<br />
- Entonces habrían ganado ellos.</div>
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Ella remitió el forcejeo y él, tras comprobar que a pesar de brotar sangre con abundancia, sólo era una herida superficial, no llegó a la vena.<br />
- Tenías razón, siempre llego a tiempo - musitó.<br />
- No has llegado tarde - sollozó ella abrazándole sumida en un llanto lastimero.<br />
Ambos permanecieron llorando abrazados. Ella se odió a sí misma por lo que estuvo a punto de hacer. Él agradeció a todo lo que se le ocurrió porque estuvo a punto de perderla por segunda vez. Pero ahí estaba ella y ahí estaría siempre él. Siempre se asegurará que ella no volviese a sufrir de nuevo y se lo juró hasta casi quedarse sin voz.<br />
<br />
Después de ese día, ella comenzó a cambiar poco a poco. Fue un avance lento y sutil, pero un avance a fin de cuentas. El miedo a salir sola a la calle, a sobresaltarse cuando al girar una esquina veía a alguien, a llorar en todo momento, todo eso fue desapareciendo.</div>
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Exteriormente, volvía a ser ella e interiormente, comenzó a zurcir los jirones de su alma con hilos de nuevas ilusiones. Volvió a salir de nuevo, a reír con sus amigos. Aprendió a apreciar la vida que ella mismo estuvo a punto de sesgar. "Ganarían ellos", esa frase que su amigo le dijo, fue la impulsó a seguir sin mirar atrás, por mucho que los fantasmas del pasado, quisieran acosarla. Ella aprendió también a ignorarlos.</div>
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<br /></div>
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Pasaron los años, las heridas del corazón cicatrizaron. Aunque ella quedó marcada con terrores nocturnos que de de vez en cuando, brotaban sin razón. Aprendió a vivir con ello, a llevar las riendas de su vida. Reía aún cuando lloraba por dentro y esperando el momento que todo se evapore por completo de su mente.<br />
<br /></div>
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Ese día puede ser mañana, puede ser hoy...<br />
<br />
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<a href="https://2.bp.blogspot.com/-23ubMjfg_i4/V1SGjCng4gI/AAAAAAAAKTs/dKNxf4_PfyAr7dW0cEfc7xVSlicKqvPiACLcB/s1600/ultrajada%2B2.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="200" src="https://2.bp.blogspot.com/-23ubMjfg_i4/V1SGjCng4gI/AAAAAAAAKTs/dKNxf4_PfyAr7dW0cEfc7xVSlicKqvPiACLcB/s400/ultrajada%2B2.jpg" width="400" /></a></div>
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Sylvia Ellstonhttp://www.blogger.com/profile/14393199731253694883noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7795763086578944483.post-81090270179238758102016-06-05T14:06:00.001+02:002016-06-06T11:35:42.526+02:00Ultraje (Parte primera)<div style="text-align: justify;">
Volvió a revisar su bolsita de tela para repasar los objetos que había encontrado nombrándolos en voz alta: "Una piedra con tes puntas, una rama en forma de pata de ave, una planta aromática..." </div>
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Aún le faltaba por encontrar una flor de tres colores y una hoja morada. Chasqueó la lengua con fastidio, estaba anocheciendo y aunque el cielo aún tenía bastante claridad, el bosque estaba casi en penumbra.</div>
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Habían pasado más de dos horas desde que se inició el juego de búsqueda del tesoro y tuvo claro que no iba a ser la ganadora.</div>
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Miró a su alrededor para orientarse, pero comprobó asustada que se había perdido. Caminó mucho buscando los objetos pero creyó que lo había hecho en círculos y ahora era incapaz de orientarse.</div>
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Decidió retroceder intentando deshacer los pasos dudando si lo estaba haciendo en la dirección correcta.</div>
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Tras unos minutos en los que su preocupación iba en aumento, pudo oír no demasiado lejos, unas voces acompañadas de risas. Agudizó el oído para guiarse por aquel sonido salvador y al otro lado de una linde vio un par de chicos acampados. No eran sus amigos pero se sintió aliviada al comprobar que eran caras conocidas. </div>
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Eran compañeros del instituto del último año, ella los vio el día anterior cuando coincidieron en el tren que ella y sus amigos tomaron para ir a esa excursión. Cuando acompañó a una amiga para ir al vagón donde estaba el baño, cruzaron un breve saludo de compromiso, del tipo que se da cuando conoces a alguien sólo de vista. Ella y su amiga sonrieron con coquetería y no los volvió a ver hasta aquel momento en el bosque.</div>
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- ¿Qué haces aquí tan sola guapa? - preguntó uno de ellos.</div>
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- También estoy de acampada - respondió con jovialidad al sentirse agasajada por un chico mayor - Pero me he perdido y estaba buscando el camino de vuelta.</div>
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- ¿Y sabes más o menos dónde acampasteis? El bosque es grande y te puedes perder.</div>
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- Más o menos. Junto al riachuelo, entre el molino de agua abandonado y el puente del ferrocarril. Más cerca del puente que del molino.</div>
- Pues estabas yendo en dirección opuesta - respondió el segundo mientras se ponía en pie. Miró unos segundos a su compañero y sonrió con una mueca - Anda, te acompañamos.<br />
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<br /></div>
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Ella aceptó encantada por temor a volver a desorientarse. Le preguntaron sobre su edad, el curso al que iba y cosas por el estilo. Ella respondía con timidez porque no era habitual que los de último curso hablasen con los de primero. Bromearon con ella y comenzaron a elogiar su físico.<br />
- Te he visto muchas veces en los pasillos del instituto y cada vez que pasas por mi lado, me alegras el día.<br />
Ella sonrió sin saber qué responder y notó cómo se ponía colorada. Eso pareció resultarles divertido porque continuaron con los piropos. Ella comenzó a sentirse incómoda porque poco a poco los halagos tenían un matiz más subidos de tonos y comenzaron a usar un lenguaje más soez.</div>
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Llegaron al riachuelo y caminaron por su linde, pudo ver el molino de agua abandonado. El agua corría en la misma dirección que ellos. Miró extrañada hacia atrás y vio en la lejanía el puente del ferrocarril.<br />
- Ya sé dónde estoy - comentó sonriente - Pero estamos yendo en dirección opuesta, estoy acampada más cerca del puente.<br />
Ambos intercambiaron una mirada y sonrieron de modo extraño. Miraron en dirección al puente y luego fijaron la vista en ella de un modo que no le gustó en absoluto.<br />
- ¿Un beso de despedida? - le preguntó mirando a su amigo.<br />
Ella asintió con la cabeza y se dispuso a dar dos besos en las mejillas como tenía costumbre hacer para saludar o despedirse. Pero él la abrazó por la cintura con firmeza y la besó en los labios con fogosidad.<br />
Ella intentó zafarse pero él mantuvo su cabeza firme agarrándola del pelo con fuerza y haciéndole daño. Ella le mordió el labio y a causa del dolor él la liberó. Se llevó la mano en la boca y luego miró a su compañero que se reía de la situación.<br />
Ella quiso alejarse de allí corriendo pero apenas pudo dar un par de pasos antes de que la cogiese de la muñeca para retenerla. Asustada y como acto reflejo, le abofeteó y él le devolvió el gesto golpeándola con el dorso de la mano haciéndola caer al suelo.<br />
- Mira la zorra - masculló entre dientes - Pasea por el instituto provocando y pidiendo guerra y ahora se hace la mosquita muerta.<br />
Ella miró angustiada al amigo de su atacante que la ayudó a levantarse, le pidió ayuda musitando con un hilo de voz. Pero se quedó horrorizada cuando el segundo también intentó besarla.</div>
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El pánico se apoderó de ella cuando uno a agarró por la cintura y el otro contenía su desbocado pataleo. Intentó gritar pero le taparon la boca con la mano mientras la llevaron a la fuerza hacia el molino. </div>
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<br /></div>
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El edificio estaba semi derruido y la maleza se había adueñado del lugar. Ahí dentro nadie podría verles y dudaba si podrían oírla. Ella consiguió morder la mano que la amordazaba apretando los dientes todo cuanto pudo. Él, tras lanzar un alarido de dolor, la golpeó con el puño dejándola aturdida. Aún así, gateó a ciegas en busca de una salida. La agarraron de los tobillos arrastrándola de nuevo hacia el interior del improvisado escondite mientras ella pedía ayuda desesperadamente.</div>
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- Shhhh, no grites putilla - le siseó en el oído - Si gritas, no saldrás de aquí nunca.<br />
Entre los dos la desnudaron arrancando su ropa con furia. Todo su cuerpo fue manoseado salvajemente. La insultaron, la llamaron de mil formas ofensivas. Con la voz entrecortada por la excitación, le dijeron cuanto habían deseado tenerla para ellos. Que cada vez que ella pasaba por su lado les estaba invitando hacer esto.<br />
La tumbaron boca arriba uno agarrándola firmemente de los brazos, mientras que el otro intentaba separarle las piernas a la vez que se bajaba el pantalón. Seguidamente, se tumbó sobre ella y la embistió con furia a la vez que ella aulló de dolor y desesperación.<br />
- ¡Qué ganas te tenía puta - jadeó en su oído - ¿Es esto lo que buscabas, verdad?<br />
Ella negaba con la cabeza suplicando que parase, pero cuanto más rogaba, más excitado estaba su atacante.<br />
Su resistencia menguó ya no tenía fuerzas para seguir luchando. Apenas era consciente de lo que ocurría a su alrededor. Podía sentir los mordiscos, los pellizcos en sus pechos, cómo la tierra le arañaba la espalda al ritmo de la lujuria salvaje.<br />
- Venga tío - dijo el otro mientras restregaba su miembro viril por a cara de ella - Ahora me toca a mí, esta zorra tiene para los dos.<br />
- Toda tuya - dijo jadeante - Te la he dejado bien mojada.<br />
Se apartó de ella y seguidamente el otro la penetró con furia, sus embestidas eran incluso más salvajes que la de su amigo que se reía mencionando cómo le hacía mover los senos al ritmo de su cabalgada. Uno la embestía y el otro pellizcaba y mordía sus pezones con avidez.<br />
- ¿Te gusta? - le dijeron obligándola a mirarles a los ojos - Te estaría jodiendo toda la vida.<br />
Todo se volvió irreal, los embistes, los insultos, las caricias sus lenguas recorriendo su cuerpo. Apenas ya los sentía, apenas podía seguir sintiendo dolor. Continuaron hablando entre ellos pero ella los escuchaba como un eco distorsionado y lejano.<br />
- Joder, déjame montarla otra vez, me quiero correr dentro de ella.<br />
- Venga tío, pero no tardes que yo voy a reventar - respondió jadeante - ¿Tu crees que me la comerá?<br />
- Inténtalo, pero puede que la pierdas de un mordisco. Es una zorra muy salvaje.<br />
- ¿No lo harías verdad? - dijo mientras se intercambiaba con su amigo - ¿Sabes qué te pasará si vuelves a morder?<br />
Ambos se rieron y volvieron a intercambiarse, el que la estaba penetrando por segunda vez jadeó a la vez que le clavó las uñas en la cadera hasta casi tocar el hueso.<br />
Ella mantuvo la mirada fija hacia salida de aquel molino, sólo podía emitir un quejido lastimero y deseó con todas sus fuerzas, morir en ese mismo momento.</div>
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<br />
Había entrado es shock y los siguientes acontecimientos desfilaron ante ella como secuencias estrobóticas. Aquel que la estaba embistiendo, ya no sabía si era el primero o el otro porque se turnaban a ratos, fue separado de ella tras recibir un fuerte impacto en la cabeza con un trozo de madera. Quedó liberada pero no tenía ni fuerzas ni la conciencia para intentar huir de nuevo.<br />
Se recostó de lado y encogió su cuerpo quedando en posición fetal observando lo que ocurría en forma de secuencias parpadeantes. Ante ella se desató una violenta pelea, ahora eran tres, uno aparentemente inconsciente en el suelo y dos enzarzados salvajemente con furia desatada. Cerró los ojos con la esperanza que todo desapareciese de su alrededor y pudiese despertar de aquella pelea.<br />
<br /></div>
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El atacante de sus agresores no dejó de golpearles hasta que dudó si seguían con vida. Entró llevado por la curiosidad al escuchar voces en el interior del molino abandonado y cuando vio lo que ocurría allí dentro, su mente se nubló y se abalanzó sobre ellos. Nunca antes había sentido deseos de matar a alguien tanto como en aquel momento.<br />
Se apartó de ellos mirándoles con asco y recobró el sentido común. Entonces, se acercó a ella mirándola horrorizado sin poder retener las lágrimas. Se arrodilló a su lado y se quitó la camiseta para cubrirla mientras siseaba para trasmitirle tranquilidad.<br />
En cuanto ella notó que a tocaban, comenzó a luchar de nuevo arañando desesperada el aire. Él la rodeó con sus brazos acongojado y roto de dolor.<br />
- Shhhhh, tranquila - le susurró al oído - Tranquila soy yo.<br />
Al reconocer esa voz tan familiar abrió los ojos de par en par volviendo a la realidad al instante. Le abrazó con desesperación llorando al borde de la histeria. Él respondió al abrazó y la acunó susurrando cuánto sentía no haberla encontrado antes. Permanecieron así hasta que su llanto se tornó en un tenue quejido lastimero.<br />
Él procuró mantenerla fuera de la visión de esos dos desgraciados que permanecían inconscientes respirando con dificultad. La ayudó a vestirse con sumo cuidado y tras cogerla en brazos se alejaron de allí.<br />
<br />
Caminó unas decenas de metros y la sentó en la orilla del riachuelo. Ella permanecía en silencio, con la mirada apagada y la mente perdida. Él sumergió su camiseta en el riachuelo y como si de una niña pequeña se tratase, le limpió la sangre seca de su nariz y labios a la vez que el barro y suciedad de su cuerpo sin parar de susurrar que estaba a salvo y que todo saldría bien.<br />
Ella aún sentía sobre su cuerpo las manos que la ultrajaron, notó el olor que desprendían sobre ella, su boca aún tenían el sabor de aquellos besos.tembló ligeramente al sentir la prenda húmeda sobre su piel, volvió a revivir lo ocurrido en su cabeza, dobló su cuerpo con un aspaviento y vomitó hasta quedarse sin nada que arrojar. Se metió en el riachuelo y se sentó, el agua cristalina le llegaba por la cintura y comenzó a friccionar su piel con desesperación intentando borrar toda huella que dejaron en ella. Comenzó a llorar de nuevo mientras repetía una y otra vez. "No, no, no..."<br />
Él se arrodilló a su lado y la abrazó roto de dolor, era su mejor amiga, crecieron juntos casi como hermanos, siempre se sintió con la obligación moral de cuidarla y no pudo hacer nada por evitar aquello.<br />
- No pude encontrarte... te busqué - musitó - te busqué... perdóname.<br />
<br /></div>
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<br />
(Continuará...)<br />
<br />
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<a href="https://3.bp.blogspot.com/-arY6zHgKNAI/V1QVrlJO7tI/AAAAAAAAKTc/EW6cCqcZpEE6RVR02EqBhyIREVBl_dtXgCLcB/s1600/ultrajada.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="265" src="https://3.bp.blogspot.com/-arY6zHgKNAI/V1QVrlJO7tI/AAAAAAAAKTc/EW6cCqcZpEE6RVR02EqBhyIREVBl_dtXgCLcB/s400/ultrajada.jpg" width="400" /></a></div>
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Sylvia Ellstonhttp://www.blogger.com/profile/14393199731253694883noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-7795763086578944483.post-39635237745576625152016-06-03T14:48:00.001+02:002016-06-04T14:22:15.450+02:00El sustituto. (Parte final)<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
Asistir a un instituto de formación profesional te da más libertad que hacerlo en uno de bachiller y si además asistes a las clases nocturnas mucho más.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
La mayoría de estudiantes tienen trabajo y compatibilizan el mundo laboral con el formativo. Por ese motivo, los profesores son más condescendientes con las faltas de asistencia. Así que era raro que la clase estuviese al completo los viernes por la tarde y a medida que las horas lectivas avanzaban, disminuía el número de alumnos en las clases.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
Esperábamos en el pasillo al profesor de matemáticas para que nos abriese la clase y dar la última hora. La soporífera y aburrida asignatura sumado a la hora y día, era el motivo por el que apenas llegásemos a la decena de alumnos. Por norma general yo no asistía a esa última clase de la semana, pero debido a mi juego de tira y afloja con el sustituto, hizo que mi asistencia cambiase del sesenta por ciento al cien por cien. El profesor de matemáticas se retrasaba y decidí fumarme un cigarrillo aprovechando los recovecos del pasillo para no ser vista. Pero ingenua de mí, no conté con el humo que exhalaba. Y sin que yo apreciase la llegada del maestro, lo encontré frente a mí mirándome con reprobación. Me quitó el cigarrillo de la boca y mientras lo apagaba pisándolo enérgicamente me soltó una soporífera retahíla sobre las normas de conducta, la prohibición de fumar en centros públicos y rematando con un sermón sobre mi salud.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
La vergüenza de verme sorprendida sumado a las miradas burlonas que mi situación provocaba en mis compañeros, sacó de mi interior la fierecilla indómita de mi juventud. En unos meses sería mayor de edad y no iba a consentir que un profesor me aleccionase como si fuese una chiquilla. Así que saqué otro cigarrillo del interior de mi chaqueta e intenté encenderlo frente a sus narices.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
Tal demostración de falta de respeto fue superior para el viejo profesor que debió jubilarse hace años y no era capaz de recordar lo que es ser joven, si es que alguna vez lo fue.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
Me quitó el segundo cigarrillo con más brusquedad, lo partió en dos y con la cara tan roja que parecía que le iba a explotar en cualquier momento, me mandó ir a la biblioteca como castigo. </div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
Encogí los hombros y caminé con parsimonia tras el maestro, no presté atención al enérgico sermón que me echaba porque mis pensamientos, estaban centrados en intentar comprender porqué pensaba que castigarme sin asistir a la clase de matemáticas un viernes a última hora, debía ser un castigo.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
Entré en la desierta biblioteca, elegí una mesa del fondo rodeada de estanterías. El profesor ordenó que sacase mi libro de texto indicando que buscase la página ciento setenta y dos, obedecí con parsimonia y pasé la página una a una. Esa actitud era una norma no escrita en el instituto, si alguno tenía algún modo de hacer perder el tiempo de clase a un profesor, debía aprovechar la oportunidad.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
Cuando pasé la quinta página, el profesor me quitó el libro, buscó la página por mí y me adjudicó todos los ejercicios que vio advirtiendo que los quería hechos y sobre su mesa el lunes si no quería que mi insubordinación se viese reflejado en la nota final o en una expulsión que parecía que lo estaba buscando.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
En cuanto se marchó, me puse los auriculares y me distraje dibujando caricaturas. Comencé a tararear mi canción favorita y me concentré en lo que hacía hasta que una mano tocó mi hombro provocándome un tremendo susto. Una biblioteca solitaria, mal iluminada y despuntando el ocaso, no era un sitio para que a alguien le den un susto.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
Miré tras de mí con el miedo en la mirada y me encontré con unos ojos turquesa que me miraban con diversión. Mi sorpresa inicial se tornó en enfado, aunque estaba más molesta conmigo misma por mi reacción que por el susto de muerte que él me había dado.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
Me comentó con un tono en el que se mezcló resignación y chanza que al ser sólo un profesor sustituto, debía encargarse de los turnos de guardia que nadie quería, sobre todo la guardia de la biblioteca ya que los únicos alumnos que entraban ahí eran los castigados. Quiso saber lo que había hecho para terminar castigada. Se lo conté sonriendo orgullosa por mi rebeldía.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
- Eres una fierecilla sin domar - respondió conteniendo la risa a duras penas.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
Se interesó por mis dibujos y elogió mi destreza. Se sentó a mi lado y comenzamos a hablar sobre algo que teníamos en común... los cómics. Comenzamos a discutir sobre un súper héroe que él admiraba y yo detestaba. En un momento en el que la discusión estaba en su apogeo, él me silenció agarrándome ambas mejillas con las manos y me besó con fogosidad. A causa de la sorpresa, me aparté mirándole confusa a la vez que impaciente. Sin decirme nada, se levantó y se marchó de allí.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
Me quedé pensando qué podía hacer, si seguirle o si hacer como si nada hubiese pasado. Todavía tenía su sabor en los labios y ese beso aunque intenso, me supo a poco.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
Escuché cómo cerraba la puerta de la biblioteca con llave e inmediatamente después, las luces se apagaron dejándome envuelta en una penumbra débilmente iluminada por las luces de emergencia. Me puse en pie sin saber si debía irme o permanecer allí. Pensaba si ese beso fue espontáneo y rectificó a tiempo o era el preámbulo de algo más intenso.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
Volvió a mi encuentro con paso decidido, mi corazón se desbocó al comprender que aquello que estaba provocando como un juego iba a resolverse en ese lugar y momento. Había ido demasiado lejos pero no podía ni quería echarme atrás. Así que cuando me volvió a besar de un modo que parecía que la vida le iba en ello, yo respondí de igual modo.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
Agarró mis muñecas con firmeza manteniéndolas a la altura de mis hombros y sus besos descendieron por mi cuello, hombro hasta llegar al pecho. Me agarró un seno y mordisqueó el pezón con cuidado. Aquello hizo que brotase del fondo de mi garganta un gemido que silencié apretando los labios. Nunca nadie me había besado así, nunca nadie me había acariciado de ese modo y nunca antes había llegado tan lejos con nadie. </div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
Apretó mis nalgas y me alzó a pulso, crucé mis piernas alrededor de su cintura mientras mi cuerpo quedaba aprisionado entre el suyo y la estantería. Continuó devorando mi cuerpo con avidez mientras yo permanecí aferrada a él con las piernas cruzadas en su cintura y los brazos tras su nuca.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
Asió mi cadera con firmeza y caminó un par de pasos hacia atrás para seguidamente girar usando mi cuerpo para la inercia. Me sentó sobre la mesa y dibujando un arco con el brazo, retiró el libro y mi libreta tirándolos al suelo. Se reclinó sobre mí mientras sus manos ocultas bajo mi ropa, exploraba mi cuerpo. Me desabotonó la camisa guiando con la lengua el descenso de sus manos. Yo sólo podía emitir gemidos casi imperceptibles y mi respiración se sincronizó con el latido de su corazón.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
Sin dejar de acariciarme, se quitó la camiseta y volvió a devorar mis labios mientras comenzó a desabrocharme el pantalón. Con un movimiento rápido, me desprendió de toda mi ropa quedando expuesta ante él en ropa interior.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
Pude sentir en mi ingle lo que yo provocaba en su miembro viril. El temor ante lo desconocido, la excitación del momento y turbación de conocer la reacción de mi cuerpo ante las caricias, se reflejó en mi mirada que apenas se vislumbraba en aquella penumbra.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
Él se percató de mi zozobra y comprendió el motivo del temor que que mi cuerpo trasmitía temblando ligeramente en una mezcla de temor, confusión y perturbación.</div>
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<br /></div>
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- ¿Nunca lo habías hecho antes? - me preguntó con la voz entrecortada a causa de su respiración acelerada.</div>
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Negué con la cabeza sin poder dejar de mirarle, su expresión cambió y me sonrió mirándome con ternura. Y ambos recordamos que a fin de cuentas él era mi profesor y yo su alumna.</div>
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<br /></div>
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Esa idea de jugar con lo prohibido sumado al deseo de volver a sentir sus manos sobre mi, eliminó mi zozobra por completo y sonreí invitándole con la mirada a continuar. Titubeó un instante pero antes de que la razón volviese a interponerse entre ambos, volví a besarle saboreando sus labios y mordisqueé el lóbulo de su oreja para terminar besando su cuello mientras mis dedos dibujaban el contorno de su pecho bajando lentamente hasta la cintura. Le abracé sin dejar espacio alguno entre los dos.</div>
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El tacto de piel con piel, silenció al sentido común y respondió a mis besos dejando que el deseo e instinto volviese a tomar el mando. Se reclinó sobre mí y exploró mi intimidad acariciándolo con suavidad, introdujo un dedo con cuidado, luego dos. Mientras saboreaba mis pezones, exploró mi intimidad con suaves movimientos hasta que su mano quedó impregnada con la humedad de mi interior. Dejé escapar un gemido que sólo pude amortiguar mordiendo mi mano y él me ayudó a silenciarme besándome con ternura. Continuó besándome mientras se ponía un preservativo.</div>
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<br /></div>
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Estaba llegando al punto del no retorno, pero no quería ni podía echarme atrás. Me miró a los ojos buscando en ellos alguna negativa que no encontró y volvió a besarme con una sensualidad que jamás había sentido mientras echaba mi cuerpo hacia atrás hasta quedar completamente tumbada sobre la mesa. Despacio muy despacio, me penetró y apreté los dientes dejando escapar un quejido de gozo cuando le sentí completamente dentro de mí. Entrelazamos los dedos y fijamos la mirada en los ojos del otro. Se movió sobre mí con movimientos metódicos y rítmicos haciendo que mis sensibles endurecidos y erguidos pezones acariciasen su tórax. La fricción de su miembro con mi clítorix unida a la de mis pezones en su pecho me provocó un extraño cosquilleo que se acumuló concentrándose en mi interior. Mis jadeos se aceleraron al igual que su empuje, comenzó a devorar mis labios, cuello y senos con avidez y descubrí por primera vez la culminación del clímax. El cosquilleo iba en aumento hasta que se liberó como una explosión dejándome extasiada y relajada de igual manera. Me sentí tremendamente avergonzada al pensar que me había orinado. Él sonrió con ternura y susurró jadeante.</div>
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- Tranquila, eso es normal.</div>
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Al parecer esa explosión interna que sentí, le llenó de satisfacción. La humedad de mi interior se incrementó y su fricción fue en aumento hasta convertirse en una desenfrenada cabalgada. Mis senos se movían al ritmo de su lujuria y todo lo que nos rodeaba desapareció. Llegó al clímax y apretando los dientes reteniendo todo cuanto pudo una exhalación de gozo dio una última embestida penetrando su miembro todo lo físicamente que le fue posible y seguidamente se derrumbó sobre mí.</div>
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<br /></div>
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Ambos quedamos extenuados y jadeantes, intercambiando besos y miradas confidentes. Ninguno podía dejar de sonreír.</div>
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Mientras nuestra respiración y latidos volvían a la normalidad, él me acariciaba con suavidad, como si quisiera memorizar hasta el último recoveco de mi cuerpo. Yo me perdí en su mirada mientras la razón volvía a tomar las riendas.</div>
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Fue mi primera vez y no fue con el amor de mi vida ni con alguien del que estuviese perdida e incondicionalmente enamorada como siempre creí que debía ser. Siquiera fue premeditado o planeado tras un encuentro romántico. Pero no estaba arrepentida en absoluto. Ese modo de bersarme, de acariciarme, de poseerme... Lo que él me hizo sentir, cómo actuó en todo momento, lo que su mirada me trasmitió desde el inicio hasta el final, hizo que esa primera vez superase con creces todas mis expectativas.</div>
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<br /></div>
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<a href="https://4.bp.blogspot.com/-uX0WaJafZ1U/V1FOVHITmHI/AAAAAAAAKTE/VAxKTaseq8cxfqM5o4bGCHqDFiu_qih4QCLcB/s1600/laterceracita3-1024x539.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="343" src="https://4.bp.blogspot.com/-uX0WaJafZ1U/V1FOVHITmHI/AAAAAAAAKTE/VAxKTaseq8cxfqM5o4bGCHqDFiu_qih4QCLcB/s400/laterceracita3-1024x539.jpg" width="400" /></a></div>
<br />Sylvia Ellstonhttp://www.blogger.com/profile/14393199731253694883noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7795763086578944483.post-77048089286867762262016-06-03T11:01:00.001+02:002018-02-26T19:08:07.082+01:00El sustituto. (Parte primera)<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
"Mi gozo en un pozo" pensé para mí cuando el jefe de estudios anunció que el profesor de educación física estaría de baja al menos dos meses para seguidamente, anunciar que el sustituto ocupará su puesto ese mismo día.</div>
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Crucé la mirada con mis amigos y adiviné sus pensamientos, no fue difícil porque yo había pensado lo mismo y ya estábamos planeando en cómo ocupar la hora libre y con la llegada del sustituto los planes fueron frustrados.</div>
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Aunque un sustituto tampoco estaba mal, era mucho mejor porque podríamos hacer lo que nos viniese en gana sin que nuestro historial de asistencia se viese afectado y esa teoría se ratificó cuando el jefe de estudios nos explicó que el sustituto era un estudiante de último año que aprovecharía la baja del profesor fijo para efectuar sus practicas. Intercambié una sonrisa confidente con mis amigos, si con un sustituto hacíamos lo que queríamos, con un sustituto en prácticas, será una fiesta.</div>
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<br /></div>
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Estaba charlando con mis amigos sobre trivialidades mientras el jefe de estudios seguía con la presentación. Tras un par intentos fallidos por parte del jefe de estudios para hacernos callar, optó por coger un trozo de tiza y lo lanzó hacia nuestro corrillo. La tiza pasó ante mis ojos y reaccioné dando un respingo. Toda la clase estalló a carcajadas y para simular mi zozobra quise mirar desafiante al docente. Pero mi turbación se incrementó al fijar la mirada a los ojos turquesas del sustituto. Sería unos diez años mayor que yo, aunque tenía un aire juvenil que le añiñaba la cara; se notaba que quería parecer más adulto con aquella barbita de días perfectamente delineada, cosa que le hizo ser incluso más endemonidamente guapo y para completar la cuasi perfección, además era de complexión atlética y fibroso pero sin llegar a pasarse, sólo lo justo para que se adivine su musculatura bajo la camiseta sin parecer un garrulo de gimnasio.</div>
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Él me devolvió la mirada reteniendo una sonrisa provocada por el lanzamiento de tiza. Me di cuenta que le estuve observando más tiempo del estrictamente necesario y puede que hasta mi fijación haya quedado al descubierto. Noté que se me alentaron las orejas al ver la sonrisa confidente de mi mejor amigo el cual, seguramente adivinó qué estaba pensando. Incliné la cabeza ligeramente hacia atrás y con altivez, desvié la mirada más allá de la ventana para enviar un mensaje al jefe de estudios y dejarle claro que su llamada de atención no había hecho mella en mi actitud.</div>
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<br /></div>
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Tras el primer impacto que me ocasionó conocer al sustituto, volví a ser la de siempre. Sobre todo porque, seguramente en su afán de demostrar que estaba preparado para dar clases, fue incluso más exigente y duro que el profesor permanente. Y no se conformaba con hacernos correr alrededor de la pista deportiva u organizar partidos de fútbol, baloncesto o voleibol. </div>
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Quiso ir más allá, poniéndonos pruebas de resistencia, velocidad, equilibrio... Y tanto yo como mis amigos, comenzamos a detestar las clases de educación física. Después de tres semanas estábamos echando de menos a nuestro profesor habitual, sobre todo, porque aquel día se presentó con mal augurio ya que tocaba saltar el potro con trampolín. Pero al contrario de lo que imaginamos, nos lo pasamos muy bien, sobre todo porque nos reíamos a costa de la torpeza de algunos compañeros y aplaudimos vitoreando las caídas más aparatosas.</div>
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<br /></div>
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Llegó mi turno y tras responder con una reverencia y mucha guasa a los vítores de ánimo de mis amigos, me dispuse a realizar el ejercicio. Una de las víctimas de nuestras burlas, quiso vengarse y justo cuando me disponía a saltar, corrió hacia mí con la intención de chocarse, frenó un par de metros de mí pero fue suficiente como para desconcentrarme, hacer que apoyase mal las manos en el potro y caer aparatosamente al suelo torciéndome el tobillo.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
Me levanté hecha una furia para reprender al graciosillo pero me había hecho más daño de lo que parecía a primera vista y al apoyar el pie lastimado, sentí un dolor que recorrió mi pierna hasta la rodilla como un latigazo y haciendo que perdiese el equilibrio de nuevo.</div>
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Entre la risas de unos compañeros y las despotricaciones de mis amigos, se armó un alboroto que sólo puedo ser silenciado cuando el sustituto usó su silbato para llamar al orden.</div>
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Se acercó a mí y me inspeccionó el tobillo, tras llamarme la atención por el vocabulario soez que usé para seguir reprendiendo al causante de mi lesión, me anunció que no tenía nada grabe pero que debía ir a la enfermería para aplicarme un aerosol anti inflamatorio.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
Quise ir por mi propio pie para intentar mantener en alto mi ya tocado orgullo, pero el tobillo me dolía bastante y no podía apoyar el pie. Así que el sustituto, me cogió en brazos y me trasladó a la enfermería. Protesté por cogerme de ese modo porque aquello incrementó las burlas de mis compañeros. Sólo cuando le amenacé con dar aviso al director por coger tantas confianzas, decidió dejarme en el suelo pero pasó mi brazo sobre sus hombros para que me sirviese de apoyo. </div>
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Aferrada a él, cojeando y con el orgullo herido, salí del gimnasio. Al estar tan cerca de él pude oler su perfume... ¡Madre mía, qué bien olía!</div>
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<br /></div>
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Sentada en la camilla, mi enfado seguía patente y resoplé con fastidio apretando los dientes para intentar no exteriorizar el dolor del tobillo y no demostrar mi preocupación por la lesión.</div>
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- Tienes muy mal genio - me dijo con sorna mientras buscaba el medicamento cutáneo - Mal genio y un pico de oro.</div>
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- Si te parece le canto una saeta - dije con sarcasmo - Y remato marcándome unas sevillanas, ¿no te fastidia?</div>
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Mi chulesca respuesta le provocó un estallido de carcajadas, cosa que me enfureció más aún. Y trasladé mi enfado en echarle la culpa por hacernos usar el potro. Como si eso nos fuese a servir el día de mañana. También le comenté que su clase era de relleno y que no debía tomárselo tan en serio porque nadie lo hacía, sólo servía para equilibrar la nota media en las evaluaciones.</div>
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Eso sí pareció molestarle porque me fulminó con la mirada fugazmente, le respondí con una sonrisa maliciosa al saber que le había molestado y él apartó la vista para buscar el medicamento del armario metálico. No hay nada como poner en duda la utilidad de una asignatura para molestar a un profesor.</div>
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<br /></div>
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Echó el aerosol sobre mi tobillo y lo masajeó para que la piel absorbiese el medicamento. Chasqueé la lengua al notar un dolor punzante y protesté entre quejidos. Él ralentizó la fricción y me dio un suave masaje.</div>
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- ¿Mejor así? - preguntó mirándome a los ojos.</div>
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Asentí con la cabeza y tal como me ocurrió la primera vez que le vi, su mirada me perturbó. Ambos permanecimos en silencio mirándonos fijamente. El masaje se tornó mucho más suave, más sensual. Sólo tenía diecisiete años, pero despertó en mí sensaciones más allá del instinto primario.</div>
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Yo sentada en la camilla, él arrodillado en el suelo masajeando el tobillo y ambos fundidos en una mirada que trasmitía confusión, deseo, peligro y prohibición. Le sonreí levemente pero él recobró la compostura, se puso en pie y se apartó de mí un par de pasos. Intentó ocultar lo que estaba pensando pero ya lo sabía. Sabía que él deseó lo mismo que yo. Porque lo que yo pensé no fue sólo un pensamiento líbido de una adolescente con las hormonas en ebullición, También era la emoción de jugar con lo prohibido e ir más allá de las normas de conducta.Y así era yo, impulsiva y si quería hacer algo, lo hacía sin meditarlo mucho. "Primero actúo y luego me preocupo si debo arrepentirme" ese era mi lema.</div>
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Así que aproveché que él me ayudó a bajar de la camilla para rodear su cuello con mis brazos y le besé con toda la avidez que mi juventud y falta de experiencia me permitió.</div>
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Fue breve pero intenso, pero él me apartó alarmado y miró hacia la puerta abierta de la enfermería con preocupación.</div>
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- Soy tu profesor, no deberías haberlo hecho - me dijo con tono severo. El timbre de su voz y su lenguaje corporal no casaba con el modo de mirarme.</div>
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- Ha sido un acto reflejo - dije intentando parecer lo más inocente y zozobrada posible - N-no, n-no sé por qué lo he hecho.</div>
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Salí de la enfermería todo lo rápido que mi dolorido tobillo me permitió, el corazón me latía con fuerza pero no podía dejar de sonreír. Me había rechazado, pero supe que sólo lo hizo porque era lo que él tenía que hacer y no lo que quería.</div>
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<br /></div>
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Durante el resto de la semana, provoqué encuentros que parecían casuales. Cuando él tenía guardia en la sala de estudio o en la biblioteca, aparecía por allí, me dejaba ver pero manteniendo las distancias. Buscaba un cruce de miradas que cuando ocurría, le hacía ver lo que él provocaba en mí para seguidamente apartar la vista fingiendo confusión y vergüenza. Para mí era divertido y a la vez excitante que pudiese despertar interés en alguien mayor que yo. Cuando se tiene diecisiete años, cinco de diferencia era toda una eternidad.</div>
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<br /></div>
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Uno de esos días, estaba sentada en las gradas de la pista deportiva, a causa de la lesión de tobillo, quedé exenta de la clase de educación física. Me burlaba de mis compañeros al verles correr sudorosos alrededor de la pista, algunos respondían a la chanza con amenazas burlonas.</div>
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El profesor sustituto se sentó a mi lado y me entregó una carpeta pidiendo que anotase los tiempos de mis compañeros mientras él prestaba atención a su reloj cronómetro.</div>
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Mientras anotaba lo que él me dictaba, rocé su pierna con la rodilla y noté cómo se tensó. Eso me divirtió aún más. Puede que sea mi profesor, puede que sea más mayor, pero sólo era a lo sumo cinco o seis años mayor y tampoco iba a ser mi profesor para siempre, dos semanas más y no habría ningún problema. Pensé que se apartaría, que volvería a huir de mi, pero permaneció sentado y me miró intentando por todos los medios mantener la compostura y las apariencias.</div>
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- Eres un torbellino - dijo con tono de guasa - No busques jugar con fuego cuando aún no tienes edad de usar cerillas.</div>
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- Que no te confunda mi edad - respondí retándole con la mirada - Ya he encendido algunas hogueras y sé cómo no quemarme.</div>
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Ambos nos reímos por el juego de palabras y continuamos haciendo alusiones sobre nuestros pensamientos usando metáforas y juegos de palabras con doble sentido. Yo me sentí más crecida porque ya estaba convencida que lo que yo buscaba, era un deseo mutuo.</div>
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La partida había comenzado y él estaba dispuesto a jugar. Las reglas no estaban establecidas y tampoco los limites. La novedad de seducir a alguien mayor que además según los establecimientos sociales debía ser alguien inaccesible y prohibido, incrementó aún más si cabía, el deseo de saber hasta dónde él estaría dispuesto a llegar.</div>
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<br /></div>
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(Continuará)</div>
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<br /></div>
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<a href="https://1.bp.blogspot.com/-oJ6j_SvrXqA/V0wiP0EP4mI/AAAAAAAAKQE/RNsiRzbRqhQRUbyQ_5shcUKZ_53m4zN9QCLcB/s1600/6a8aa076e5a06ad5b46118115fbcf728-250x_-resize%25281%2529.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://1.bp.blogspot.com/-oJ6j_SvrXqA/V0wiP0EP4mI/AAAAAAAAKQE/RNsiRzbRqhQRUbyQ_5shcUKZ_53m4zN9QCLcB/s400/6a8aa076e5a06ad5b46118115fbcf728-250x_-resize%25281%2529.jpg" width="400" /></a></div>
<br />Sylvia Ellstonhttp://www.blogger.com/profile/14393199731253694883noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7795763086578944483.post-55621506269932110182016-04-01T12:05:00.000+02:002018-09-11T22:48:50.184+02:00Microrelatos IOlvido.<br />
<br />
Y perdí tu fotografía, la última que conservaba y ahora, la angustia de pensar que el tiempo difumine el recuerdo de tu imagen como borró de mi memoria el timbre de tu voz, exprima mi alma hasta hacer resurgir las lágrimas que por ti derramé tras tu marcha.<br />
Una vez más, volveré a lamentar tu pérdida y de nuevo me invadirá el miedo de que llegue el dia en el que finalmente te pueda olvidar por completo. Pero lo único que de ti me quedan son fragmentos de los recuerdos en los que dejaste impronta en mi cabeza, mente y ser. E inexorablemente, el tiempo... El maldito tiempo se ensaña y empeña en difuminar todo lo que de ti conservó.<br />
No quiero llorar, o quiero mostrarme vulnerable... No sé si mis lágrimas significan algo, pero hoy tengo ganas de llorar.<br />
<br />
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<a href="https://3.bp.blogspot.com/-DW7uT1zUEQw/Vv5HrU3kqxI/AAAAAAAAKAw/o-dIwxsHdGgbQmBsSSXqYHdKl6fjHs__A/s1600/2016-04-01%2B12.03.10.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="298" src="https://3.bp.blogspot.com/-DW7uT1zUEQw/Vv5HrU3kqxI/AAAAAAAAKAw/o-dIwxsHdGgbQmBsSSXqYHdKl6fjHs__A/s320/2016-04-01%2B12.03.10.png" width="320" /></a></div>
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<br /></div>
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<br /></div>
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Deseo</div>
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<br /></div>
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Algunos poetas miran la Luna para que les inspire.</div>
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También hay escritores que buscan sus musas entre las estrellas.</div>
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Músicos y trovadores encuentran sus melodías ocultas en el viento.</div>
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Los pintores roban del arcoiris los tonos que necesitan para sus lienzos.</div>
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Los escultores acarician la naturaleza para embriagarse con sus texturas.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
Y yo... ¿Qué hago yo?</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
Yo sólo espero con paciencia infinita, </div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
Con el alma en silencio.</div>
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Y los sentidos a flor de piel... </div>
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A ver si me encuentra de una puñetera vez, la nave que me dejó olvidada en este Planeta.</div>
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<br /></div>
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<a href="https://2.bp.blogspot.com/-CVbOCh0EaYY/WTrUrsMe-eI/AAAAAAAAQoE/UtZwbPHLIlIt2WC7rXkfNtC89w18xPJ-wCLcB/s1600/1161010252_de0fedfcbd.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="225" data-original-width="300" height="240" src="https://2.bp.blogspot.com/-CVbOCh0EaYY/WTrUrsMe-eI/AAAAAAAAQoE/UtZwbPHLIlIt2WC7rXkfNtC89w18xPJ-wCLcB/s320/1161010252_de0fedfcbd.jpg" width="320" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
Renacer.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
Fue tu insidia la que marcó mi camino para marcharme y fueron mis lágrimas vertidas las que cambió el paisaje brotando un nuevo oasis sólo para mí.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://3.bp.blogspot.com/-VgJibnzJ4wQ/W5gqAojSb8I/AAAAAAAAXco/2dXW7WRmJQ0wWak1ueOIclDo88tB6zKswCLcBGAs/s1600/images%2B%25283%2529.jpeg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="257" data-original-width="196" height="400" src="https://3.bp.blogspot.com/-VgJibnzJ4wQ/W5gqAojSb8I/AAAAAAAAXco/2dXW7WRmJQ0wWak1ueOIclDo88tB6zKswCLcBGAs/s400/images%2B%25283%2529.jpeg" width="305" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
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<br /></div>
<br />Sylvia Ellstonhttp://www.blogger.com/profile/14393199731253694883noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7795763086578944483.post-17275595109668584102016-01-13T14:36:00.000+01:002016-01-14T00:14:00.220+01:00El primer beso.<div style="text-align: justify;">
El cielo estaba encapotado. Unas espesas nubes negruzcas reducían la claridad a excepción de unos breves relámpagos amenazantes que anunciaban una inminente tormenta. La tarde era idónea para sus planes. Como casi un ritual, todos los viernes, quedaban para ver películas de terror. </div>
<div style="text-align: justify;">
Casi se habían vuelto unos expertos y por lo tanto, también exigentes. Tras los primeros veinte minutos, ambos se dieron cuenta que el resto de la película iba a ser bastante floja.<br />
- La semana que viene es tu cumpleaños, trece años, oficialmente serás adolescente - comentó él mientras le ofreció palomitas del bol - ¿Lo celebrarás?<br />
- Sabes de sobras que en mi casa no están las cosas para fiestas - contestó ella con un ápice de amargura - Ya ni recuerdo cuándo soplé las velas por última vez.<br />
- Pues vamos a los recreativos - repuso él tras encoger los hombros - Y luego, vamos todos a la pizzería, te prometo poner unas velitas.<br />
- ¡Qué tonto eres! - rió ella - Pero lo de la pizzería suena fenomenal.<br />
- Seguro que te gusta el regalo de tu "amorcito".<br />
Ella le miró interrogante, él es su mejor amigo y le conocía mejor que a ella misma, el tono de su voz decía más de lo que trataba de aparentar.<br />
- No es mi "amorcito" - repuso ella recalcando el adjetivo - Me gusta mucho, pero no hay nada claro.<br />
- Por ahora - sentenció él con aire misterioso.<br />
- ¿Te ha dicho algo?- preguntó sin disimular su curiosidad.<br />
El sonrió con malicia, cogió un puñado de palomitas y fijó la vista en la pantalla. Tras unos segundos de silencio, ella arrugó la nariz y le imitó. Dando a entender que no le preguntará más y si quiere contar algo, pues que lo haga cuando le plazca.<br />
- Quiere salir contigo. Me preguntó si a mí me importaba - él comentó con tono divertido.<br />
Ambos estallaron a reír a carcajadas. Siempre han estado juntos, desde el jardín de infancia y son muchos los que creen que son más que amigos. Ellos no lo desmentían porque les resultaba gracioso que pensaran así. Los amigos de la pandilla sabían que sólo había amistad entre ellos, aunque la mayoría pensaba que en el fondo, se gustaban pero que ninguno se atrevía a sincerarse el uno con el otro.<br />
- Sería el primer chico con el que salga - murmuró ella algo ausente.<br />
- Si no te gusta, puedes decir que no.<br />
- El caso es que me gusta mucho y lo sabes. Pero eso no es lo que me preocupa.<br />
- Entonces ¿El qué?<br />
- Pues que Óscar ya ha salido con otras chicas.<br />
- Ah. En ti, eso es una novedad.<br />
- ¿El qué?<br />
- Que te preocupen esas cosas.<br />
- No me importa eso, pero es que yo no he besado nunca a nadie. ¿Y si no sé cómo hacerlo?¿Y si beso tan mal que luego se echa atrás?<br />
Él comenzó a toser compulsivo porque al intentar reírse, se atragantó con las palomitas. Ella frunció el ceño y le ayudó con unas palmadas en la espalda más fuertes de lo necesario.<br />
- Eres un idiota. De verdad que me preocupa eso. No me gustaría que mi primer beso fuese un fiasco. ¿Cómo fue el tuyo?<br />
- Pues no estuvo mal. La verdad es que me gustó mucho, si hubiese sido por mí, aún estaría pegado a Macarena.<br />
- ¡Qué burro eres! - rió ella.<br />
Continuaron otros minutos en silencio mirando la película, ella se mordisqueó la uña del pulgar con aire ausente. Él le apartó la mano de la boca, esa costumbre que ella tenía le irritaba bastante.<br />
- Podrías practicar.<br />
- ¿Tú eres tonto?<br />
- Hablo en serio. Si te preocupa eso, pues practica para que cuando tengas a Óscar delante, no te pongas nerviosa.<br />
- ¿Y con quién practico? ¿Contigo?<br />
- Yo me refería que practicases con tu brazo, pero esa propuesta me gusta más - Él sonrió con amplitud y guiñó el ojo.<br />
Ella le lanzó un mohín y él volvió a estallar a carcajadas. Se centraron en la pantalla y vieron el resto de la película en completo silencio a excepción de algún comentario relacionado con las escenas. Cuando ésta terminó, se dispusieron a ver la siguiente. Ella miró en silencio cómo él sacaba la película de su carátula.<br />
- Sería de lo más raro.<br />
- ¿El qué?<br />
- Que practicase contigo. Somos amigos.<br />
- Los mejores amigos - puntualizó él.<br />
- Pues por eso, sería raro.<br />
- Un poco sí. Pero si lo piensas bien, no sería mala idea. A fin de cuentas, practicar con alguien es mil veces mejor que con tu brazo y bueno, tú y yo sólo somos amigos así que no contaría como un primer beso.<br />
- ¿Me estás tomando el pelo?<br />
- No, para nada. No cuenta si no quieres que cuente.<br />
- A veces me cuesta diferenciar si estás hablando en broma o en serio.<br />
- Siempre hablo con un poco de ambas cosas, ya me conoces.<br />
Ella asintió con la cabeza y ambos continuaron viendo la película. Estuvieron un rato comentando las escenas y señalando los fallos, esto último, era el pasatiempo favorito de los chavales. Tenían una especie de apuesta que consistía en averiguar quién encontraba más incoherencias.<br />
Las palomitas se terminaron y él fue a la cocina para preparar una segunda tanda. Ella permaneció sentada en el sofá cavilando sobre la conversación que habían tenido. Es su mejor amigo, siempre han estado juntos y sabía que sería así para siempre. La confianza que tenían el uno con el otro era absoluta, plena y confidencial.<br />
Cuando él regresó, continuaron con la sesión de cine casero unos minutos más.<br />
- Puede que no sea tan mala idea - comentó ella sin apartar la mirada de la pantalla.<br />
- ¿El qué? - preguntó él haciendo lo mismo.<br />
- Practicar contigo. Lo he pensado y no creo que cuente como un primer beso porque no nos gustamos de esa forma.<br />
- ¿Es en serio?<br />
- Pues sí, a no ser que tengas algo que objetar. ¿Sin compromisos?<br />
- Sin nada que tú no quieras.<br />
- Entonces, de acuerdo. Practicaré contigo.<br />
- ¿Segura?<br />
- Completamente.<br />
Él asintió con la cabeza y dejó el bol sobre la mesa. Se acomodó en el sofá de tal modo que podría mirarla de frente, le apartó el pelo con lentitud y esbozó una leve sonrisa. Ella fijó la mirada en sus labios y sonrió destilando una mezcla de incertidumbre, curiosidad y vergüenza. Se acercaron despacio, retrocedieron un poco debido a las dudas que les asaltaban que desparecían tan pronto como llegaban. Finalmente comenzaron a besarse, saboreando los labios lentamente, descubriendo con sorpresa el agradable sabor del otro con un ligero gusto salado. Inconscientemente, cerraron los ojos y siguieron besándose despacio, saboreando el momento y desearon que no acabase nunca porque ambos eran conscientes que no se volvería a repetir. Ella le abrazó apoyando la mano tras la nuca de él y le acarició con sutiles movimientos. Él aferró ambas manos en la cintura de ella mientras marcaba su contorno con los pulgares. Perdieron la noción del espacio y tiempo, en ese momento sólo estaban ellos y se habían convertido en uno sólo. Se reclinaron hacia atrás y él apoyó una pierna sobre la de ella y aferraron sus cuerpos sin dejar espacio alguno entre ambos.<br />
<br />
El chasquido de la puerta, les devolvió a la realidad bruscamente. Se separaron rápidamente y simularon ver la película. Escucharon con el corazón desbocado, cómo la madre de él, trajinaba en la cocina seguramente guardando los productos de la compra. Miró a los chicos un momento breve, con esa mirada de desconfianza que lanzan las madres cuando no comprenden que un chico y una chica sólo pueden ser amigos. La muchacha se levantó y saludó con cariño, mostrando de lo que siente por aquella mujer, que era como una segunda madre. La mujer cambió el gesto inmediatamente peguntó a la muchacha si se quedaría a cenar porque había comenzado a llover con fuerza y era mejor que esperase a que amainara. Ella aceptó la invitación con una sonrisa en un intento de demostrar a su amigo que todo seguía igual.<br />
Terminaron de ver la película en completo silencio, ninguno parecía querer mirar al otro. Ambos estaban confusos y emocionados equitativamente.<br />
Durante la cena se repusieron por completo y se intercambiaron bromas y chanzas como siempre han hecho y como saben que siempre harán.<br />
<br />
Por la noche, cada uno en su cama rememoraron aquel momento. Él sonrió satisfecho porque, aunque se lo negó a sí mismo muchas veces, siempre quiso saber cómo sería besar a su amiga.<br />
Ella también sonrió porque sin pensarlo, se dio cuenta que había hecho una elección muy importante en su vida y no estaba en absoluto arrepentida. Se suponía que besarle no significaría nada pero nunca creyó que besar a su mejor amigo sería tan especial... Que ese primer beso sería tan inolvidable.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://2.bp.blogspot.com/-5JpM6ehCags/VpZNjbGT5SI/AAAAAAAAJvk/eoq3hLllxOw/s1600/primer%2Bbeso.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="342" src="http://2.bp.blogspot.com/-5JpM6ehCags/VpZNjbGT5SI/AAAAAAAAJvk/eoq3hLllxOw/s400/primer%2Bbeso.jpg" width="400" /></a></div>
<br /></div>
Sylvia Ellstonhttp://www.blogger.com/profile/14393199731253694883noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7795763086578944483.post-73795948917593583162015-08-24T14:17:00.002+02:002015-10-13T19:02:10.899+02:00Succubus<div style="text-align: justify;">
El ambiente del bar estaba bastante tranquilo aunque era de esperar dado que es día laborable. Pero aunque estuviese abarrotado se hubiera fijado en ella al instante. Así se lo aseguró con torpeza mientras tomaban una copa cuya invitación ella accedió encantada. A medida que el alcohol deshibinía el temor inicial al rechazo, la conversación se tornaba cada vez más personal. Un par de copas después, él se armó de valor para proponerle una noche de pasión. Ella mostró algo de zozobra pero antes que él se disculpara por su atrevimiento, aceptó la proposición. Tomaron un taxi y fueron al hotel más cercano.<br />
- Espero que no me tomes por una cualquiera por haber aceptado - dijo mientras le besaba en la mejilla con ternura - Pero desde que te acercaste a mí, noté que habíamos conectado.<br />
- Tranquila, no pienso eso - contestó mientras le acariciaba el muslo con el pulgar -Aún me estoy preguntando cómo alguien como tú, se ha fijado en alguien como yo.<br />
Continuaron hablando entre susurros. Ella con la actitud de una niña inocente consciente de su travesura y él, cada vez más crecido y envalentonado. Cuando llegaron a la recepción del hotel ya estaban establecidos los roles de confianza en sí mismo e impaciencia por probar lo desconocido.<br />
<br />
Mientras él buscaba una música apropiada en el hilo musical, ella sirvió unas copas con la excusa que necesitaba relajarse pues estaba algo tensa y nerviosa. Brindaron en silencio mientras se miraron fijamente a los ojos. Apuraron la copa de un solo trago y él la besó con ímpetu dejando liberar de golpe todos los instintos que se habían acumulado. Se quitaron la ropa con impaciencia y exploraron los cuerpos sin recato. Él se sintió algo mareado, como si las fuerzas le fuesen mermando poco a poco. Se desplomaron en la cama y continuaron con su frenesí. Ella mostró una cuerda y le miró con complicidad.<br />
- Siempre quise hacer esto - murmuró con un ápice de vergüenza.<br />
- ¿Eres una chica mala? Mmm, me gusta.<br />
Se dejó maniatar y amordazar mientras la besaba con ansiedad. Ella se puso sobre él acoplando los cuerpos mientras contorneaba la cadera sincronizando el ritmo con los jadeos y palabras ininteligibles.<br />
Ella supo que él estaba a punto de llegar al cenit porque se aferró a sus nalgas mientras guiaba sus movimientos. Ella se reclinó y dejó que le besara los senos mientras su mano buscaba algo bajo la almohada. Estaba a punto, esperaba el momento. Clavaron las miradas y continuó su baile.<br />
Ahí está el momento, esa forma de mirar, esos ojos casi entornados, esa sonrisa de depredador... ¡Ahora!<br />
Sacó el cuchillo que asía bajo la almohada y se lo clavó en el pecho. Ella continuó con su contoneo sin apartar la vista de los ojos de ese desgraciado que se tornaron en auténtico terror. Le apuñaló una vez, la sangre salpicó su cuerpo tras otra mientras su interior estalló de placer. Con movimientos más sosegados, buscó un segundo orgasmo pese a estar sobre un cuerpo inerte, lo encontró gracias a desfigurar la cara de su víctima a base de largos y profundos cortes. Inspiró profundamente para exhalar el aire con lentitud. Le dio un casto beso en los labios y se separó de él.<br />
<br />
En la ducha, frotó todo su cuerpo con fruición. La visión de la sangre diluyéndose en el agua y desapareciendo por el desagüe, le provocó un placer similar al que sintió hace unos minutos cuando se acostó con aquel tipo. Aunque este placer se vio disminuido a causa de la pastilla de jabón que no realizaba su función correctamente. </div>
<div style="text-align: justify;">
- Típico de estos hoteles baratos - murmuró entre dientes - ¡Será tacaño el imbécil este! Al menos en esta ocasión las sábanas están limpias. Bueno... lo estaban.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Intentó hacer memoria para recordar su nombre preguntándose a sí misma porqué nunca era capaz de recordar ese detalle. Frunció el ceño a observar que él mantenía una mirada opaca en ella, el largo y profundo corte en la garganta, se le antojó como una sonrisa desafiante.</div>
<div style="text-align: justify;">
- ¡No me mires! - gritó mientras se afanó en terminar de lavarse las manos. Intentó centrarse en esa actividad, pero no pudo evitar miradas furtivas hacia ese pelele inerte que yacía en el suelo.</div>
<div style="text-align: justify;">
Parecía que la seguía retando haciendo alarde de confianza y seguridad en sí mismo. Esa seguridad que desapareció cuando ella sacó el cuchillo que previamente escondió bajo la almohada en el momento que él servía unas copas. Esa confianza que mermó cuando ingirió esa copa con unas gotas de ketamina que ella le echó mientras él buscaba música. "Patético", pensó para sí.<br />
</div>
<div style="text-align: justify;">
No había modo de recordar su nombre. Tampoco importa, es un desgraciado menos, un cazador cazado otro rompecorazones más borrado del mapa. Pero no ha desaparecido del todo, esos ojos inertes seguían retándola, seguían reflejando convencimiento sobre quién tiene el control.</div>
<div style="text-align: justify;">
- ¡Que no me mires más! - gritó mientras le amenazó con el cuchillo haciendo un pequeño corte en su mejilla.</div>
<div style="text-align: justify;">
Ella sintió que su temple cedía levemente. El terror ante la visión de una muerte inminente ya no surge efecto. La hoja del cuchillo se refleja en esos ojos inexpresivos, ella también puede verse en ellos. Pero sin gritos, ni lucha o una mísera lágrima; el efecto de poder y control no es el mismo. Siquiera sintió gozo cuando le arrancó los ojos y los introdujo en la boca. Si no provoca terror, no crece en ella la inhibición del placer. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Se vistió cuidando su aspecto al detalle, aquí ya no se divierte. No hay nada más que ese miserable le pueda ofrecer, otro más que la deja a medias. Todos le prometen una gran noche y en cuanto les apuñala para poder alcanzar el cenit, se derrumban, lloran o incluso defecan. Anulando completamente el libido del momento.</div>
<div style="text-align: justify;">
Abandonó aquel hotel de segunda del mismo modo que entró. Furtivamente, sin ser vista, como una esposa infiel que no desea dejar testigos de su visita. Un truco muy recurrente y efectivo para incrementar el morbo ante lo prohibido de esos malditos imbéciles. La oportunidad de dar aquello que otros no pueden ofrecer, es como la miel para atrapar moscas.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
La velada de esta noche le resultó demasiado fácil y rápida. Pensó que una última copa le animaría algo. Se entretuvo hundiendo el cubito de hielo con su dedo mientras intentaba recordar el nombre de aquél fulano. En el fondo, le hacía mucha gracia que le pasase siempre lo mismo.</div>
<div style="text-align: justify;">
- ¿Perdona, te puedo invitar a esa copa? - Una voz masculina habló tras ella.</div>
<div style="text-align: justify;">
Le miró fijamente y mientras le estudió con rapidez, aceptó asintiendo con la cabeza y sonrió con timidez y zozobra. </div>
<div style="text-align: justify;">
Hablaron durante una hora sobre asuntos banales e impersonales en los que ella tuvo que simular que reía encantada ante sus insulsas ocurrencias. Este patético cortejo comenzó a aburrirle y usó su lenguaje corporal para dar pie a pedir lo que él deseaba realmente. Miró la hora y sonrió mirando como si se tuviese que marchar muy a pesar suyo. Él apuró la copa de un solo trago, quizás para armarse de valor y con cierto temor, dibujó una línea que iba de la rodilla hasta el muslo de ella.</div>
<div style="text-align: justify;">
- ¿Sería demasiado atrevido invitarte a tomar una última copa en mi casa?</div>
<div style="text-align: justify;">
Ella estudió su mirada, aunque había un ápice de temor a ser rechazado. Parecía completamente seguro sobre el éxito de su cortejo. En cuanto ella acepta, la seguridad en sí mismo incrementa y transpira orgullo egocéntrico. La besa con sensualidad acariciando sus nalgas, comprobando así, que las intenciones han sido correctamente interpretadas. Ella le corresponde del mismo modo mientras que, disimuladamente, comprueba el interior de su bolso. El tacto del mango de su cuchillo le excita y se muestra más fogosa al finalizar el beso.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Durante el trayecto en el coche, intercambiaron caricias y miradas impacientes. Aunque ella mantenía su rol de tímida y preocupada, eso incrementaba más la seguridad y poder de control de esos infelices. Así goza más cuando ella sesga literalmente ese dominio que creen poseer. Él le pellizcó la barbilla y aprovechó un semáforo para besarle de nuevo.</div>
<div style="text-align: justify;">
- Te confieso que es la primera vez que hago esto, pero siento que hemos conectado. Créeme cuando te digo que estoy tan nervioso como tú. Nunca había conocido a nadie como tú, eres una mujer maravillosa y no me puedo creer que alguien como tú pudiese fijarse en alguien como yo.</div>
<div style="text-align: justify;">
Ella sonrió transmitiendo ternura, aunque por dentro luchaba por no romper a reír a carcajadas. Siempre las mismas frases hechas y los mismos halagos. Parece que todos tienen un manual de instrucciones para cortejar.</div>
<div style="text-align: justify;">
- No te preocupes, no te pongas nervioso - contestó ella mientras mordisqueó con suavidad la yema de sus dedos - Estoy segura que será una velada inolvidable para los dos...</div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://4.bp.blogspot.com/-CEPRxdpmtWM/VdsK4jxNB5I/AAAAAAAAIPI/2FMGiMZsGx4/s1600/11937900_10207648877882572_57357279_n.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="http://4.bp.blogspot.com/-CEPRxdpmtWM/VdsK4jxNB5I/AAAAAAAAIPI/2FMGiMZsGx4/s400/11937900_10207648877882572_57357279_n.jpg" width="400" /></a></div>
<br />Sylvia Ellstonhttp://www.blogger.com/profile/14393199731253694883noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-7795763086578944483.post-57037921504794070582015-08-18T15:49:00.002+02:002019-05-12T12:33:25.912+02:00Citas V<blockquote class="tr_bq" style="text-align: center;">
<div style="text-align: right;">
"Intentaron callar su voz ignorando que ya pertenecía al viento"</div>
</blockquote>
<div style="text-align: right;">
<br /></div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: center;">
<div style="text-align: right;">
"Si quieres ser inmortal, aléjate de la orilla y deja tus huellas en las piedras"</div>
</blockquote>
<div style="text-align: right;">
<br /></div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: center;">
<div style="text-align: right;">
"Cuando centras tu vida en el ¿Qué dirán?, terminas por olvidar quién eres"</div>
</blockquote>
<div style="text-align: right;">
<br /></div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: center;">
<div style="text-align: right;">
"Si las caídas no se sirven para levantarse más fortalecido, entonces, el fracaso habrá ganado la partida"</div>
</blockquote>
<div style="text-align: right;">
<br /></div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
<blockquote class="tr_bq">
<div style="text-align: right;">
"La ley de la atracción y el karma siempre hará recoger los frutos de aquellas semillas que has plantado. Cuidado con lo que deseas al prójimo porque esa energía (positiva o negativa) regresará a ti.</div>
<div style="text-align: right;">
Así que cuando algo se tuerce en tu vida, pregúntate en qué momento deseaste que se torciese el camino de otro. </div>
</blockquote>
</blockquote>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
<blockquote class="tr_bq">
<div style="text-align: right;">
Todo llega, todo ocurre por algo. Todo lo que te pueda pasar es la repercusión de lo que pensaste, hiciste o deseaste en el pasado.</div>
<div style="text-align: right;">
Se positivo y trasmite buen karma, porque eso también se te devolverá y con intereses. </div>
</blockquote>
</blockquote>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
<blockquote class="tr_bq">
<div style="text-align: right;">
Pensad en la teoría del caos y uno de sus conceptos: El efecto mariposa.</div>
<div style="text-align: center;">
<div style="text-align: center;">
<div style="text-align: right;">
"El aleteo de las alas de una mariposa puede provocar un tornado al otro lado del mundo"</div>
</div>
</div>
</blockquote>
</blockquote>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
<blockquote class="tr_bq">
<div style="text-align: justify;">
<div style="text-align: right;">
No levantéis vientos si no estáis preparados para soportar tempestades". </div>
</div>
</blockquote>
</blockquote>
<div style="text-align: right;">
<br /></div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: center;">
<div style="text-align: right;">
"Aquel que se niega a reconocer sus errores está condenado a repetirlas una y otra vez quedando sumido en la más absoluta ignorancia" </div>
</blockquote>
<blockquote class="tr_bq">
<div style="text-align: right;">
"Creemos en la realidad que se nos presenta. Todo lo demás son teorías por confirmar"</div>
</blockquote>
<div style="text-align: center;">
<div style="text-align: right;">
<br /></div>
</div>
<div style="text-align: center;">
<div style="text-align: right;">
«Hay instantes que perpetúan toda una vida y serán ecos en la eternidad.«</div>
</div>
<div style="text-align: center;">
<div style="text-align: right;">
<br /></div>
</div>
<blockquote class="tr_bq">
<div style="text-align: right;">
«La humanidad es como un puzzle. No hay una pieza igual, pero si se unen, crean una unidad completamente lógica y unificada que da sentido al individuo al comprender que forma parte de un todo.»</div>
</blockquote>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div style="text-align: right;">
<br /></div>
<blockquote class="tr_bq">
<div style="text-align: right;">
"Fuiste la luz que me cegó y ahora soy la sombra que proyectaste"</div>
</blockquote>
<div style="text-align: right;">
<br /></div>
<div style="text-align: right;">
"Un fracaso no es el final, sólo es el principio de un nuevo reto"</div>
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-Ke_R2g7Rfs8/V0bM6gYf9UI/AAAAAAAAKOI/XWYhEu6QhgEyP22hENnhn7K6zDQtg3yxwCLcB/s1600/1467432_10202684919426713_825246447_n.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="345" src="https://1.bp.blogspot.com/-Ke_R2g7Rfs8/V0bM6gYf9UI/AAAAAAAAKOI/XWYhEu6QhgEyP22hENnhn7K6zDQtg3yxwCLcB/s400/1467432_10202684919426713_825246447_n.jpg" width="400" /></a></div>
Sylvia Ellstonhttp://www.blogger.com/profile/14393199731253694883noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7795763086578944483.post-48850001372430253282015-08-01T21:22:00.000+02:002015-08-01T23:38:19.720+02:00El encuentro (reverso)<div style="text-align: justify;">
Terminé de afeitarme y mientras ajustaba mi corbata, inspeccioné en el espejo mi atuendo. Por norma general, mi no suelo estar animado y relajado antes de un congreso. Siempre son aburridas y soporíferas. Pero en esta ocasión es distinta, el enclave de esta reunión está en tu ciudad. Y después de tantos años de amistad invisible, al fin podré verte en persona. Porque es lo único que nos falta, tomarnos unas cervezas frente a frente hablando como siempre lo hemos hecho. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
En el taxi, recibí un mensaje tuyo. En él me preguntabas si no me importaba que nos acompañase una amiga tuya. Respondí rápidamente, "cuantos más, mejor". Sonreí ampliamente, esa faceta tímida y reservada tuya, es nueva para mí. Aunque no es reprochable, puedes que pienses que sea un pervertido o alguien que envió fotos de otra persona para ocultar un aspecto físico completamente distinto de lo que te mostré Como si de una cita a ciegas se tratase, al pensar eso, no pude evitar soltar una leve carcajada. No, seguramente tenga planes con esa amiga después de nuestro encuentro.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Miré el reloj con impaciencia, el tiempo transcurre muy lentamente en este tipo de reuniones. Pero cuando tienes un compromiso justo después, hace la espera insufrible. Menos mal que el punto de encuentro no se encontraba lejos. Según tus indicaciones, apenas dista de unos diez minutos a pie. Si mis cálculos no fallan, tengo tiempo de sobra. Por un momento me surgió la duda de que no aparecieses. Volví a reírme de mí mismo, si eso ocurría, tampoco podría reprocharte nada, aunque me decepcione el perder la oportunidad de conocerte en persona.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Llegué a la cafetería antes que tú así que elegí una mesa donde podría ser visible desde cualquier lugar de la plaza. Una vez servida mi consumición, te busqué entre todos los transeúntes no tardé en reconocerte. Caminabas hacia mí semi oculta tras tu amiga. Por tu expresión, parecías dudar si era yo o no. Sonreí levemente y fui a tu encuentro y te saludé con un par de besos en las mejillas. Noté que tu cuerpo se tensó levemente. Puede que te haya incomodado tanta familiaridad, así que me sentí violento por hacerte sentir así. No lo entendí, después de hablar durante tanto tiempo, te consideraba una gran amiga pero al parecer, no es recíproco.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Intenté romper el hielo hablando de todo cuanto se me ocurría, desde el tiempo hasta las misivas de prensa. Evité mirarte fijamente para no incomodarte más, empecé a tener la sensación que no querías estar aquí y que en el fondo accediste a verme por pura cortesía. Tras terminar nuestras cervezas, tu amiga propuso dar un paseo, posiblemente, en un intento de romper el hielo y hacerte arrancar.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Durante el paseo, tu actitud no cambió y comencé a molestarme. Intenté hacerte reaccionar, pregunté por cualquier cosa que veía de la ciudad, pero tu compañera era la que hablaba por ti. Cuando al fin te animaste a hablar. Me sentí molesto porque parecía que tenías prisa por librarte de mí. Decidí adoptar mi actitud y responderte con monosílabos y rehuyendo tu mirada. Puede que haya sido una actitud infantil de mi parte. Pero a esas alturas ya me sentí estúpido y fuera de lugar.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Tu amiga decidió irse por su cuenta e insistí que no lo hiciera porque temí que una vez se haya marchado. Te volverías más hermética y distante... si cabe. Pero finalmente se marchó y mi malestar creció. Desde luego puedo decir que me decepcionaste, no eras esa amiga dicharachera con la que sentía que podía hablar de lo que fuese, incluso te confié confidencias que amigos de toda la vida, desconocen.</div>
<div style="text-align: justify;">
Puede que sea porque te diste cuenta de mi estado de ánimo o que quisieras recuperar esa imagen que siempre tuviste aunque ahora dudo, pero intentaste iniciar una conversación. Como si quisieses empezar de cero, pero me sentí bastante malhumorado como para seguirte el juego. Yo no te mostré una fachada y ahora me siento traicionado.</div>
<div style="text-align: justify;">
Quise echarte en cara tu distanciamiento, tu cambio de actitud hacia mí. Pero lo descarté al momento. La culpa fue mía por creer que se podría gestar una amistad a base de teclado y pantalla.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Un trueno resonó en la distancia y comenzaron a caer las primeras gotas de una inminente tormenta. No tenía sentido permanecer a tu lado por más tiempo. Está claro que yo buscaba a mi amiga y no la encontré. "Parece que va a llover, hasta luego" te dije lo más cortés que pude y me despedí con un par de besos de cortesía.</div>
<div style="line-height: 1.5em; text-align: justify;">
Me metí las manos en los bolsillos de mi cazadora y caminé en dirección opuesta a la tuya. Antes de doblar la esquina, tuve el impulso para mirarte una vez más. Para pedirte explicaciones o simplemente verte por última vez. Pero el orgullo me pudo y decidí no hacerlo, porque seguramente fuese tu espalda huyendo de mí todo lo deprisa que pudieses. Al fin de cuentas, me has demostrado que en realidad eres una completa desconocida.<br />
<br />
Llegué al hotel sintiendo un gran peso sobre mis hombros. Me tiré en la cama cual largo era y cerré los ojos. Sin poder evitarlo, rememoré nuestras conversaciones, intenté borrarlos de mi memoria. No entiendo tu actitud. ¿No hubiese sido más sencillo inventarte una excusa para no vernos y seguir como hasta ahora? Pero dentro de lo que cabe, me sentí aliviado porque menos mal que solo somos amigos. ¿Qué hubieses hecho conmigo si hubiese habido sentimientos de por medio?<br />
¿Por qué has hecho esto? ¿Por qué...?<br />
<br />
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<a href="http://3.bp.blogspot.com/-s9IIGnMAYk0/Vb0cJnlLuFI/AAAAAAAAH5U/3AuxpI6PqTY/s1600/ruptura-sentimental.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="http://3.bp.blogspot.com/-s9IIGnMAYk0/Vb0cJnlLuFI/AAAAAAAAH5U/3AuxpI6PqTY/s400/ruptura-sentimental.jpg" width="393" /></a></div>
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Sylvia Ellstonhttp://www.blogger.com/profile/14393199731253694883noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-7795763086578944483.post-4399082853599931832015-07-16T03:01:00.001+02:002015-07-16T03:18:08.603+02:00Averno<div style="text-align: justify;">
El frío me despierta, miro a mi alrededor desconcertada. Es mi habitación, reconozco el mobiliario a pesar de la penumbra. No obstante, parece distinto. Enciendo la luz de la lamparilla. Todo a mi alrededor está viejo, descuidado y sucio. Es como si estuviese abandonado por décadas. Parpadeo con extrañeza y cuando vuelvo a fijarme, todo está como siempre.</div>
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<br /></div>
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Siento la garganta seca y voy a la cocina para beber. Al segundo trago, noto en el agua una textura espesa y sabor férreo. Miro al grifo y del él sale un chorro viscoso de sangre casi coagulado. Las náuseas arquean mi cuerpo e intento vomitar lo ingerido sin éxito. Miro el fregadero y el agua que se desliza por el desagüe es cristalina.</div>
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Cierro los ojos con fuerza e intento volver a la realidad, estoy convencida que esto es un sueño, pero no consigo despertar.</div>
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<br /></div>
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La paredes crujen y se agrietan, el techo se resquebraja y cae sobre mí, trozos de escombros. Instintivamente, me quedo en cuclillas e intento proteger mi cabeza con ambos brazos. Un par de pedazos caen sobre mí y gateo para ponerme a salvo bajo la mesa. El ruido cesa y con precaución, salgo de mi refugio para observar lo que temía... No hay rastro de lo que acaba de ocurrir, otra vez todo es normal y tranquilo. No obstante, algo recorre mi mejilla, repaso con los dedos la sien y compruebo que hay sangre en ellos.</div>
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<br /></div>
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Voy al baño par a curar la herida. Me miro en el espejo, por suerte la herida es superficial pese a que la sangre brota de forma alarmante. Con mano temblorosa abro el grifo mientras contengo el aliento con temor, exhalo ruidosamente al ver que solo sale agua corriente.</div>
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Tras refrescarme la cara, saco del armario algodón y un antiséptico. Al cerrar la puertecilla veo en el espejo un rostro marchito, pútrido y casi momificado.</div>
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Lanzo un alarido desgarrador al reconocerme mientras me alejo caminando de espaldas para apartarme de tan espeluznante imagen.</div>
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<br /></div>
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La sensación de peligro activa mi instinto. Debo salir de aquí, buscar ayuda y encontrar una explicación. Salgo al pasillo y emprendo una carrera desbocada hacia una puerta que se aleja a cada paso que doy.</div>
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El suelo se vuelve inestable, es un lodo negro y fétido que aprisiona mis piernas. Después de unos pocos pasos, estoy inmovilizada. Intento gritar con todas mis fuerzas con la esperanza de ser escuchada. Pero la impotencia y desesperación me domina al comprobar que, pese a mis esfuerzos, no sale sonido alguno de mi garganta.</div>
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<br /></div>
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Todo a mi alrededor comienza a arder. Unas llamas azuladas me rodean peligrosamente, pero no despiden calor. Por fortuna, esas llamas convierten el lodo en cenizas y me libero. Vuelvo a reunir fuerzas y corro con desesperación. En esta ocasión, consigo llegar la puerta y tras abrirla con violencia, cruzo el umbral.</div>
<div style="text-align: justify;">
Me aferro con ambas manos al pomo mientras mi cuerpo se balancea y mis piernas patalean sobre el vacío abismal que me esperaba al otro lado. Llorando de impotencia, consigo columpiar mi cuerpo para que la puerta me acerque hacia el suelo del lugar del que estaba huyendo. </div>
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<br /></div>
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Permanezco de rodillas mientras golpeo con los puños al suelo al ritmo de mi corazón desbocado. Pero inmediatamente me paralizo y agudizo mis sentidos hacia la oscuridad que dejé a mis espaldas pues de allí sale un gruñido gutural que araña mi espalda como una daga candente.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Ignorando mi deseo de intentar huir de nuevo porque ya he comprendido que es imposible. Me doblego ante los acontecimientos y me pongo en pie mientras me giro para escudriñar la oscuridad.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
- ¡No puede ser!.</div>
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Musito al reconocer la silueta que sale de las sobras lentamente y con porte amenazador. Unos ojos amarillos y llameantes me traspasan hasta el alma. Su rostro se me antoja hermoso y horripilante. La sonrisa que me dedica me provoca pavor y osadía. Y su musculoso y velludo cuerpo me incita lascivia y repulsa, todo a la vez.</div>
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Le reconozco al instante, aunque es una aparición fragmentada de todas y cada una de sus descripciones y unificadas perfectamente en un solo ente.</div>
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<br /></div>
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- ¿Qué quieres de mí? - Me sorprendo a mí misma por formular aquella pregunta involuntaria.</div>
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- Cobrar mi deuda - Contestó Belcebú con incontables y guturales voces unísonas.</div>
<div style="text-align: justify;">
- Yo no te debo nada. ¡Déjame!</div>
<div style="text-align: justify;">
- ¿Co-cómo? Yo nunca te he...</div>
<div style="text-align: justify;">
- ¿Qué creías? - me interrumpió con voz cruel y entonación burlesca - ¿Que no he contabilizado las veces que me has invocado? Pues aquí estoy.</div>
<div style="text-align: justify;">
- ¡Mentira!</div>
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<br /></div>
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Me lanzó una sonrisa fría y horripilante. Y sin ningún movimiento, se paró ante mí en el transcurso de un parpadeo. Posó su dedo índice sobre mi frente y visualicé con cortas secuencias las innumerables ocasiones en las que dije: "Vendería mi alma al diablo por..."</div>
<div style="text-align: justify;">
Le miré suplicante, quise explicarme, quise decir que era un modo de hablar que yo... Pero no me dio alternativa.</div>
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<br /></div>
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Atravesó mi pecho con sus afiladas y negras uñas. Me arrancó literalmente el corazón mientras mi cuerpo caía con una lentitud irreal. Mi mirada opaca se centró en su mano que sostenía mi órgano vital aún latente. Su risa voraz y despiadada resonó en mi cabeza, primero estruendosamente y después más mitigada a medida que la más absoluta nada y oscuridad sustituyó mi sesgada existencia.</div>
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<a href="http://2.bp.blogspot.com/-w6EtmxAbFNE/VacCUxnKFOI/AAAAAAAAHhU/lJGW0Nqax7U/s1600/satanas-se%25C3%25B1or%2B%25282%2529.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="221" src="http://2.bp.blogspot.com/-w6EtmxAbFNE/VacCUxnKFOI/AAAAAAAAHhU/lJGW0Nqax7U/s400/satanas-se%25C3%25B1or%2B%25282%2529.jpg" width="400" /></a></div>
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<br />Sylvia Ellstonhttp://www.blogger.com/profile/14393199731253694883noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-7795763086578944483.post-80799793172803558882015-04-28T18:59:00.001+02:002015-04-28T23:55:18.984+02:00Declive<div style="text-align: justify;">
La claridad que se cuela entre las aristas de la persiana me despierta. Aún desorientado me incorporo con malestar debido a los músculos entumecidos. Siento la lengua pastosa, con regusto a tabaco y alcohol. Aún así, siento la necesidad de fumar y cojo la cajetilla que está sobre la mesilla. Miro con desdén el espejo de bolso que está a su lado donde quedan restos de un par de rayas de coca.</div>
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<br /></div>
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Bajo la mirada y con vergüenza miro mi miembro viril flácido. Se me antoja ridículo e inútil tal cual mi estado de ánimo. Un leve movimiento y un murmullo ininteligible capta mi atención. Miro con desazón a una mujer que bien puede doblarme la edad y que duerme profundamente exhibiendo su cuerpo de modo soez. Para nada mi estilo de mujer, para nada encaja entre mis cánones de belleza. Pero aquí estoy, con la misma sensación de cada mañana y con distinta mujer. Empiezo a sentir asco de mí mismo mientras me pongo mi reloj de oro, abotono mi camisa de seda hecha a medida, calzo mis pies con zapatos de piel... </div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Voy al baño. Tras refrescarme la nuca, empiezo a despejarme. Me miro un instante en el espejo y sonrío. Puedo ver a un triunfador, seguro de sí mismo. Con un atractivo capaz de hacer que cualquier mujer pueda caer rendida ante mis encantos. Pero esa imagen es un espejismo, me centro en los ojos, mis ojos y me veo tal cual soy, no puedo ni quiero reconocer a quien se muestra ante mis ojos. En ellos, se refleja mi verdadero yo. Un fracasado que se vende a las mujeres para obtener toda satisfacción material que anhela. Un maldito cobarde y vago incapaz de mantener un trabajo respetable porque no sabe hacer nada útil. Un chico de barrio marginal que vendería su alma al diablo para renegar de quién es. </div>
<div style="text-align: justify;">
El deseo de negación se aloja en mi estómago y vomito. Arrojo de lo más profundo de mis entrañas la vergüenza, frustración y asco de mí mismo. Vomito hasta que, paradójicamente, la sensación de vacío es completa.</div>
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<br /></div>
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Regreso al dormitorio y termino de vestirme. Carraspeo un par de veces logrando mi intención, la mujer se despierta. Me mira con una sonrisa amplia y sincera. Se levanta envolviendo su cuerpo con la sábana y le sonrío. Le sonrío de modo que ella sienta complicidad entre ambos, aunque en realidad, mi sonrisa es en agradecimiento por cubrir un cuerpo tan mal agraciado.</div>
<div style="text-align: justify;">
Ella saca una generosa cantidad de dinero y lo introduce en el bolsillo de mi pantalón. Aprovecha el gesto para presionar mi muslo y me veo obligado a besar esos labios resecos.</div>
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Tras concretar una próxima cita, me marcho de allí luchando con la tentación de no hacerlo corriendo.</div>
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<br /></div>
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Llego a mi sucio, maloliente y pequeño apartamento. Mi hogar, por llamarlo de algún modo, es una sátira de mí mismo. Exteriormente en un emplazamiento de lujo, interiormente... lo que realmente soy... Un despojo humano.<br />
Como cada día, juro que esta vez, será la última. Como cada día, cuento el dinero pensando en cómo gastarlo. Como cada día, me siento en el borde de la cama mientras mis manos juguetean con un pedazo de cuerda y mantengo la mirada fija en la viga que atraviesa el techo. Como cada día...</div>
<div style="text-align: justify;">
Me subo en la silla y ato la cuerda en la viga dejándome hipnotizar con su vaivén y espero que aparezca el valor que necesito para terminar con mi decadencia. Como cada día y sin lograrlo, veo la única salida ante mí.<br />
Sé que no hay otra opción pues si no lo hago hoy, mañana, como cada día.. volveré a reincidir.</div>
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<br /></div>
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<a href="http://3.bp.blogspot.com/-96Lhg3u2cNQ/VT-8R9OFnZI/AAAAAAAAFsA/xC65PPncHRc/s1600/declive.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="http://3.bp.blogspot.com/-96Lhg3u2cNQ/VT-8R9OFnZI/AAAAAAAAFsA/xC65PPncHRc/s1600/declive.jpg" height="400" width="331" /></a></div>
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Sylvia Ellstonhttp://www.blogger.com/profile/14393199731253694883noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-7795763086578944483.post-27556290232936849282014-09-03T03:40:00.000+02:002015-04-28T18:59:51.351+02:00Citas IV<blockquote class="tr_bq" style="text-align: center;">
"No puedes arreglar con palabras lo que destruiste con hechos"</blockquote>
<div style="text-align: center;">
........................................</div>
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<br /></div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: center;">
"Yo no cambio, solo me adapto a las circunstancias"</blockquote>
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<div style="text-align: center;">
........................................</div>
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<br /></div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: center;">
"Podrán arrojar tu memoria a la sima infinita y podrá nadie recordarte. Podrán hacer todo eso y más, pero tú y sólo tú, tienes el modo de impedirlo"</blockquote>
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<br /></div>
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........................................</div>
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<br /></div>
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<br /></div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: center;">
"La humanidad no estaría entredicho si hubiese más acciones y menos oraciones"</blockquote>
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
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........................................</div>
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<blockquote class="tr_bq" style="text-align: center;">
"No podría ser como la lechera, con tantas piedras en el camino no ganaría para cántaros"</blockquote>
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<div style="text-align: center;">
........................................</div>
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<br /></div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: center;">
"Cuando quieras poner la mente en blanco, fija la vista en un punto. Pero ten cuidado que no sea una mosca, puedes acabar mareado"</blockquote>
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<div style="text-align: center;">
........................................</div>
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: center;">
"No es por el modo que llenas mi vida, es por el vacío que provoca tus ausencias"</blockquote>
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<div style="text-align: center;">
........................................</div>
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: center;">
"Arreglar el mundo es fácil, basta con acentuar las semejanzas obviando las diferencias"</blockquote>
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<div style="text-align: center;">
........................................</div>
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: center;">
"El poeta es extremista por defecto. Precisa de la emoción del principio y la desesperación del final"</blockquote>
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<div style="text-align: center;">
........................................</div>
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: center;">
"Es mejor recordar algo que imaginar cómo hubiese sido"</blockquote>
<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://4.bp.blogspot.com/-419HkCXj71o/VAZxRSd8DZI/AAAAAAAACXg/b36fdOjSbH4/s1600/36697_1535623553107_1013347_n.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="http://4.bp.blogspot.com/-419HkCXj71o/VAZxRSd8DZI/AAAAAAAACXg/b36fdOjSbH4/s1600/36697_1535623553107_1013347_n.jpg" height="400" width="353" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
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Sylvia Ellstonhttp://www.blogger.com/profile/14393199731253694883noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7795763086578944483.post-91543229803291860742014-08-16T03:06:00.002+02:002015-04-28T19:18:58.936+02:00Vaticinio<div style="text-align: justify;">
Enmarcada en una ventana, una figura arropada en la oscuridad... Ella.<br />
Con pasividad irreal, fumaba un cigarrillo y en cada calada, se iluminaba tenue su rostro que parecía difuso a excepción de su mirada. Sus ojos, lo único que podía ver de ella con claridad pese a la distancia, me traspasaban pero no estaban fijos en mí, parecían mirar más allá de cualquier cosa tangible. </div>
<div style="text-align: justify;">
Los suaves chasquidos de una farola rompían el silencio absoluto de la noche cerrada, parpadeaba un par de veces para iluminar aquel rostro un par de segundos y volver a apagarse. Como un algoritmo, el proceso se repetía... El cigarrillo y sus ojos opacos, la farola y su rostro. Ese rostro enigmático pigmentado en tonos grises que me resultaba terriblemente familiar pero cada ciclo era como si fuese la viese por primera vez.</div>
<div style="text-align: justify;">
Otra calada, de sus labios cerrados, expela un humo denso y blanco. Forma un leve remolino y se dirige hacia mí contorsionándose hasta formar una palabra pero se difumina antes que yo pueda descifrar el mensaje.</div>
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Y me despierto...</div>
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Un gran salón con iluminación ocre y muy concurrido. La multitud camina en círculos arrastrando los pies, el siseo de los pasos me provoca vértigo. Giré y giré sobre mi eje intentando distinguir a alguien, pero fue imposible, siempre estaban de espaldas. Y en medio de aquel salón... Ella.</div>
<div style="text-align: justify;">
Vestida de gala, impoluta y soberbia porte. Su faz estaba difuminada, como si fuese un retrato al pastel que alguien intentó borrar. Aún así, pude notar como sus ojos me traspasaban pese que miraban sin ver.</div>
<div style="text-align: justify;">
El ritmo de la multitud aceleró por momentos, el siseo de los pies arrastrar se convirtió en un sonido ensordecedor que conminaba a perder la razón. Pronto, sus siluetas se extendieron hasta convertirse en líneas multicolores y comencé a sentir la fuerza centrífuga que absorbía mi fuerza vital dejando mi cuerpo cada vez más frío.</div>
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<br /></div>
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Y me despierto...</div>
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Estoy frente a un lago, rodeada de árboles teñidos de añil, ámbar y malva. Un sol sin brillo se alza sobre mi cabeza pero la sombra de la fronda, se inclina en derredor al centro del lago como marcas de reloj. Y en el núcleo de ese paisaje falaz... Ella.</div>
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Levitando sobre el agua turbia, con la cabeza hacia atrás mirando fijamente a ese sol y con los brazos alzados convirtiendo su figura en un cáliz esperando ser llenado. A modo de cántico, emitía sollozos, lamentos y palabras ininteligibles que invadía todo el páramo. La desazón, la aflicción y la tristeza se apoderaron de mí evaporando mi ánima y vierto una lágrima que al caer al suelo, trasforma el panorama al instante en un lugar yermo y mi cuerpo, comienza a emitir crujidos secos transformándose en un objeto pétreo y gris.</div>
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<br /></div>
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Y me despierto...</div>
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<br /></div>
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Estoy en lo alto de un acantilado de puntiagudas y afiladas rocas. Lucho contra el viento voraz y desafiante por mantenerme en pie. Las olas rompen es su base con furia, la espuma marina me salpica y rápidamente me encuentro empapada. El cielo tintado de gris amenazador, blanquecido fugazmente por constantes rayos que caen con furia en el mar. Y en el borde de la sima... Ella.</div>
<div style="text-align: justify;">
Su vestido blanco ondeaba con gracia a contra viento, balanceaba su cuerpo como si se dejase llevar por una música somnífera que solo ella escucha, pese a que está de espaldas a mí, puedo sentir que sonríe.</div>
<div style="text-align: justify;">
Camino hacia Ella, mis empapados y pesados ropajes, ahora convertidos en harapos hechos jirones, dificultan mi empresa. Y cuando estoy a punto de alcanzarla, se pone en puntillas extendiendo los brazos en cruz y cae al vacío. </div>
<div style="text-align: justify;">
Desciendo por el barranco acongojada, las aristas afiladas como cuchillas hieren mi piel sin causarme dolor alguno. Al fin llego hasta su cuerpo inerte, contorsionado de forma imposible y su siempre rostro etéreo cubierto por su brillante y sedosa cabellera. Miro mis manos ensangrentadas, dudando si mancillar su impoluta efigie con la secreción de mis heridas, pero finalmente me decido y aparto su melena. Al fin puedo ver su rostro, pero la incertidumbre se convirtió en pavor al comprobar que Ella siempre fui yo.</div>
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Y me despierto...</div>
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<a href="http://2.bp.blogspot.com/-PlfjpA6kUbY/U-6uR2ABweI/AAAAAAAACWw/cYGKLa91SHg/s1600/mujer%2Beterea.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="http://2.bp.blogspot.com/-PlfjpA6kUbY/U-6uR2ABweI/AAAAAAAACWw/cYGKLa91SHg/s1600/mujer%2Beterea.jpg" height="400" width="317" /></a></div>
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
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Sylvia Ellstonhttp://www.blogger.com/profile/14393199731253694883noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7795763086578944483.post-41526272344657916842014-08-06T00:31:00.000+02:002018-01-28T12:20:25.595+01:00Crónicas de Kal y Mor. (Título provisional)<div style="text-align: justify;">
El corazón le latió con violencia, intentó escudriñar en la oscuridad para encontrar aquello que le había despertado tan repentinamente. Se convenció que podría haber sido una pesadilla y cerró los ojos intentando recordar qué había soñado.</div>
<div style="text-align: justify;">
-¡Luz, corre!- siseó Madre tras abrir la puerta con violencia.</div>
<div style="text-align: justify;">
Confusa, asustada y aún somnoliente, se vio arrancada de su cama y arrastrada al interior del armario. Intentó preguntar a Madre qué ocurría, pero la mirada de terror que reflejaba su mirada, la enmudeció.</div>
<div style="text-align: justify;">
- Oigas lo que oigas, no salgas hasta no escuchar nada ¿entendido?</div>
<div style="text-align: justify;">
- ¿P-pero q-qué ocurre Madre?- consiguió balbucear.</div>
<div style="text-align: justify;">
- No hay tiempo para explicar nada, ojalá lo hubiese hecho antes...- Madre giró la cabeza en dirección hacia un sonido que pareció solo oír ella - ¡Quédate aquí y obedece- sentenció.</div>
<div style="text-align: justify;">
Luz contrajo los labios para reprimir el temblor que precedía al llanto, asintió en silencio. Empezó a espabilarse y pensó que podría tratarse de algún ladrón que había entrado en casa. Antes que Madre cerrase la puerta del armario, pudo distinguir en la penumbra, un brillo en su mirada que pareció una despedida.</div>
<div style="text-align: justify;">
Agudizó el oído para seguir los pasos de Madre mientras bajaba la escalera de madera. El sonido se detuvo repentinamente tras un sonido sordo, parecido al de un cuerpo caer, después... silencio absoluto.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Agazapada en el fondo del armario, esperó casi conteniendo el aliento. Se mantuvo así hasta que las piernas se adormecieron. Con sigilo, se puso en pie y repartió el peso de su cuerpo de una pierna a otra, hasta que el desagradable cosquilleo desapareció por completo.</div>
<div style="text-align: justify;">
Todo continuaba en un silencio irreal y movida más por la preocupación que por la curiosidad, reunió el valor para salir del armario. La puerta de su dormitorio estaba entornada, con movimientos casi felinos, escudriñó por la apertura. Sintió la tentación de llamar a Madre, pero algo en su interior se lo impidió.</div>
<div style="text-align: justify;">
Comenzó a bajar las escaleras, tomando su tiempo por cada escalón y procurando que la vieja madera no crujiese. A la mitad, se agazapó y con la cara entre los barrotes tallados, intentó encontrar a Madre en el piso inferior. Confusa, frunció el ceño al ver un trozo de tela tirado frente a la puerta principal. Sin apartar la vista de aquella prenda, terminó de bajar las escaleras rápidamente pero con cautela. Ahí abajo, el ambiente estaba viciado, olía como agua estancada y moho. Se acuclilló y cogió con los dedos a modo de pinzas la tela y comprobó con asombro y miedo que se trataba del camisón de Madre parcialmente enterrado en una especie de ceniza gris.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El carillón del reloj marcó las cuatro. Sobresaltada, se irguió girando la vista en dirección del sonido...</div>
<div style="text-align: justify;">
Todo ocurrió en un instante aunque Luz lo vio lentamente como imágenes secuenciadas. Tras de sí, había un grupo de hombres ataviados con una especie de túnicas negras y sus rostros estaban parcialmente tapados con unas capuchas, solo pudo vislumbrar claramente, una sonrisa cínica frente a ella.</div>
<div style="text-align: justify;">
Desde atrás, alguien le tapó la cabeza, presumiblemente un saco, gritó desesperada mientras intentaba zafarse de unos fuertes brazos que la retenían. Tras sus gritos, pudo oír que pronunciaban unas palabras al unísono en un idioma que fue incapaz de distinguir. Comenzó a sentir vértigo, su conciencia entró en una oscuridad fría y ya no pudo oír ni sentir nada...</div>
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<br /></div>
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<a href="http://1.bp.blogspot.com/-BmqUKAn6Nwk/U-FaYllenUI/AAAAAAAACWU/yHJvxTsrjGY/s1600/eclipse-egipto.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="640" src="https://1.bp.blogspot.com/-BmqUKAn6Nwk/U-FaYllenUI/AAAAAAAACWU/yHJvxTsrjGY/s1600/eclipse-egipto.jpg" width="396" /></a></div>
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<br />Sylvia Ellstonhttp://www.blogger.com/profile/14393199731253694883noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-7795763086578944483.post-17084794790483520372014-07-20T03:21:00.002+02:002018-01-27T16:20:32.007+01:00Asunto pendiente.<div style="text-align: justify;">
La última vez que se vieron, eran unos adolescentes y buenos amigos, más que buenos amigos. Durante su infancia y por muchos años fueron uña y carne, confidentes e inseparables.<br />
Aunque su amistad rozaba lo fraternal, hubo momentos en los que, sin poder evitarlo, los sentimientos se confundían. En algunas ocasiones, fue ella la que quiso traspasar la línea de la amistad y en otras fue él, pero siempre uno u otro, anteponía la amistad ante cualquier impulso, porque ambos tuvieron siempre ese temor de que todo podría cambiar y no volver a ser lo mismo entre ellos. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Pero quince años después, cuando apenas uno recordaba al otro, se encontraron por casualidad. Aunque ya convertidos en hombre y mujer. Aún así, las miradas que cruzaron, fueron las de aquellos muchachos que crecieron juntos. Pareció que el tiempo no había pasado y hablaron como si solo hubiese pasado un par de días desde la última despedida. </div>
<div style="text-align: justify;">
Hablaron hasta bien entrada la noche. Ahondando en los recuerdos, haciendo resurgir los sentimientos de antaño y poniéndose al día de las respectivas rutinas. Siquiera se habían dado cuenta que sus manos estaban entrelazadas y se acariciaban mutuamente con los pulgares. Con ternura, recordaron aquel primer beso inocente que se dieron cuando aún eran unos infantes, rieron por la torpeza de entonces y lo raro que resultó aquello.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
Él habló de su presente, se jactó que aún no había conocido quien le haga sentar la cabeza, ella sermoneó con cariño su conducta que parecía seguir inamovible desde la pubertad. Ella, habló de un nuevo amigo al que tenía mucho cariño y equivalió esta nueva amistad a la de antaño. Él pareció molestarse y protestó con algo de sorna, por la suplencia en su "puesto". Ella rió la broma, pero pudo comprobar por su mirada, que había franqueza ante esa ligera chanza.<br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
- ¿Alguna vez, quisiste "hacerlo" conmigo? - Preguntó él mostrándose repentinamente serio - Me refiero en aquella época.</div>
<div style="text-align: justify;">
- Sí, alguna vez - contestó ella simulando entereza e intentando aparentar serenidad - Pero recuerda que me paraste los pies.</div>
<div style="text-align: justify;">
- Bueno, en eso estamos empatados ¿no? - Sonrió con picardía - También me lancé alguna vez que otra y también fuiste tú frenaste.</div>
<div style="text-align: justify;">
- Sí, tuvimos un tiempo de "tira y afloja" - contestó con una risa forzada - Pero seguro que ahora te alegras. Seguro que no hubiésemos sido tan amigos si hubiéramos dado aquel paso. ¿No crees?</div>
<div style="text-align: justify;">
- ¿La verdad? - preguntó mientras apretó su mano, carraspeó cuando ella asintió con la cabeza, él mantuvo un tono neutral - Ahora que te veo de nuevo, me arrepiento de no tener ese recuerdo, siento que eso es un asunto pendiente entre nosotros.</div>
<div style="text-align: justify;">
- Bueno, es que... - inconscientemente, ella apartó la mano - Teníamos algo más fuerte, nuestra amistad...</div>
<div style="text-align: justify;">
- Ya - interrumpió tajante - Nuestra amistad era más fuerte, sí. Pero aún así, nos separamos, cada uno tomó un camino diferente, hicimos nuestras vidas y hasta hoy, no hemos sabido el uno del otro. </div>
<div style="text-align: justify;">
- Bueno sí - ella notó que se ruborizaba - Pero entonces no imaginábamos que nos separaríamos.</div>
<div style="text-align: justify;">
- A eso me refiero, que no sirvió de nada - volvió a coger su mano - ¿No piensas lo mismo?</div>
<div style="text-align: justify;">
- ¿Qué?</div>
<div style="text-align: justify;">
- Que aún nos queda un asunto pendiente.</div>
<div style="text-align: justify;">
- Bueno, yo creo que... - ella se ruborizó y el corazón latió desbocado - Todo es distinto, ya no soy la que era aunque no puedo decir lo mismo de ti.<br />
- ¿A qué te refieres?<br />
- Yo... he madurado.</div>
<div style="text-align: justify;">
- No me lo creo, sé que sigues siendo aquella del pasado, lo veo en tus ojos, la tienes oculta - él habló mirando fijamente a sus ojos mientras le sujetaba la barbilla - Busca esa chica liberal de antaño, sé que está en algún lugar de tu interior. Quiero que la despiertes, quiero hablar con ella.</div>
<div style="text-align: justify;">
- ¿Y qué quieres decirle? - ella contestó casi susurrando y con una mueca que se asemejaba a una sonrisa.</div>
<div style="text-align: justify;">
- Que no pido compromiso, ni promesas, siquiera un mañana o un quizás. Que quiero lo que ofreció a otros hace tiempo. Quiero lo que siempre dio: Un aquí, ahora y sin posibilidad de una reiteración. Quiero ver solo una vez más, aquella que fuiste, pero conmigo. Quiero saber qué me perdí al rechazarte y al ser rechazado.<br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Ella apretó los labios, de repente, le bombardearon miles de incógnitas. Era cierto que hasta aquel momento, apenas había pensado en él, tan cierto como que no podía negar la curiosidad de querer solventar aquella incógnita no le pareció tan descabellada a medida que lo pensaba. Estar con él, una sola vez, tal y como se lo está pidiendo ahora, sin compromisos...<br />
Pero, había pasado mucho tiempo, ya no tenían diecisiete años y precisamente, en aquel momento de su vida, ella había conocido a alguien. Ese alguien, no había dejado nada a entrever, siquiera una indirecta o alguna señal que indicase que podría haber algo más entre ambos, pero en ella comenzaba a nacer un sentimiento sano y puro...<br />
Él estudió su mirada, sus gestos, parecía saber lo que pensaba. Ella se mordió el labio inferior quiso responder pero no le dejó, como antaño, ella era un libro abierto para él. La miró a los ojos y negó con la cabeza sonriendo con amplitud. Proclamó una tregua para la propuesta con la condición que ella respondiese después de pensarlo detenidamente. Ella accedió a pensar sobre el asunto, poco a poco, la tensión generada se fue disipando y el resto de la velada transcurrió como si la conversación que acababan de tener, nunca se produjo.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Una semana después, ella se detuvo en la esquina de la plaza para poder recuperar el aliento. Sin darse cuenta, el último tramo hacia su cita, lo había recorrido con premura, casi corriendo. Le localizó en el punto de encuentro acordado. Mientras recobraba la serenidad, pudo contemplarle sin ser vista. Sintió el corazón encoger y seguidamente, latió con violencia.<br />
Había aceptado, de algún modo, quería volver a ser la que fue, aunque fuese solo una vez más. Y allí estaba, él la esperaba sentado en la terraza del bar donde habían quedado, en apariencia, parecía tranquilo pero supo que también estaba nervioso, le delató el tamborileo de sus dedos sobre la mesa. </div>
<div style="text-align: justify;">
Ella tomó aire muy despacio para recomponerse y caminó hacia él con paso decidido haciendo alarde de seguridad en su persona.<br />
Se saludaron con un casto beso en los labios y tras un breve refrigerio, emprendieron el camino cogidos de las manos, hacia el hotel que él había reservado para aquella ocasión. El pequeño recorrido, lo hicieron en silencio.</div>
<div style="text-align: justify;">
Mientras esperaban el ascensor, él arremetió contra ella besando su cuello con ansiedad. Ella sintió un escalofrío que recorrió todo su cuerpo. Ese momento que deseó tantas veces como rechazó, estaba a punto de ser un hecho. Correspondió al beso apasionado que le brindó, sintió su miembro viril endurecido sobre su muslo y aspiró su aroma de hombre con saciedad. No podía creerlo, estaba con él, después de tantos años... Pero, como una ráfaga, la visión de aquel nuevo amigo que nunca dijo ni prometió nada, se interpuso entre ambos. Ella abrió los ojos para mirarle, intentando borrar la visión de aquel que se le había manifestado en su subconsciente pero la visión continuaba y la miraba con con decepción. </div>
<div style="text-align: justify;">
Volvió a la realidad y miró al indicador del ascensor, parecía que no iba a llegar nunca. ¿Por qué sentía que estaba traicionando?¿Por qué sentía miedo de perder lo que no tiene? Uno está en su cabeza, distante y evasivo, quizás irreal y el otro está aquí y ahora real, dispuesto y deseoso...<br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
- No, espera - ella murmuró suplicante. Él la interrogó con la mirada, intentó besarle de nuevo pero ella lo apartó de sí apoyando ambas manos sobre su prieto torso, insistiendo -No... no puedo.</div>
<div style="text-align: justify;">
- ¿No puedes o no quieres? - él preguntó con una mezcla de desconcierto y decepción en su voz - ¿Qué ocurre?</div>
<div style="text-align: justify;">
- Ha sido un error - ella habló entrecortada - Lo siento, de veras que lo siento. Pero será un error imperdonable.<br />
- ¿Un error? - En lo que dura un parpadeo, la mirada de él, pasó de la incredulidad a la ira. Quiso retenerla, la sujetó por los brazos acorralándole entre sí mismo y la pared. - ¿Qué me estás diciendo?<br />
- Que, que - ella intentaba que no se le quebrase la voz en vano - Que entre tú y yo no debe cambiar nada.</div>
<div style="text-align: justify;">
- ¿A qué juegas, te estás riendo de mí? - preguntó con ira contenida - ¿Por qué me haces esto, qué te he hecho yo?</div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
Entre balbuceos, ella intentó explicarse, de sus labios salieron palabras de fidelidad y nueva ilusión. Suplicó comprensión, intentó explicar que no podría hacer esto sin sentirse culpable. Pero la mirada que la traspasó, fue la de un hombre humillado y no quedaba nada de su amigo de juventud. Quiso marcharse pero él no la dejó.</div>
<div style="text-align: justify;">
- Me lo debes - dijo él la voz quebrada por la impotencia y la rabia - ¡Me lo habías prometido!<br />
- Lo siento, debes creerme - insistió ella - Si no hubiese nadie en mi camino, te aseguro que yo...<br />
- No hay nada dicho entre vosotros - insistió - Y yo solo te pido un aquí y ahora.<br />
- No puedo... no debo...<br />
- ¡No! - intentó retenerla con fuerza inconsciente de que la estaba dañando - Me diste tu palabra y yo pienso cumplir con la mía.<br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Ella consiguió zafarse de él, salió corriendo hacia la calle sin querer ni poder mirar atrás. Corrió calle abajo desesperadamente para intentar huir de la incertidumbre que le había dominado. Una incertidumbre en la que había una lucha voraz entre un presente con deseo de futuro y un pasado resurgido del olvido.</div>
<div style="text-align: justify;">
Pudo sentir que él la seguía a poca distancia pero no podía dejar que la alcanzase porque había tomado una decisión y era tarde para echarse atrás. Y si parase ahora, no estaba segura de poder rechazarle una vez más. Porque en el fondo de su ser, también deseaba aquel encuentro imposible.</div>
<div style="text-align: justify;">
Consiguió coger un taxi y mientras el vehículo emprendió el camino. Su voluntad la traicionó, bajó la ventanilla sacando la cabeza por ella.</div>
<div style="text-align: justify;">
- ¡Lo siento!- gritó abatida -¡Espero que sepas perdonarme!<br />
- ¡No pienso renunciar a ti ahora que has vuelto a mi vida! - él gritó desgarrando su garganta mientras intentaba en vano alcanzarla - ¡¿Me oyes?! ¡Es un juramento... Tarde o temprano, cumpliremos nuestro asunto pendiente!...<br />
Ella se acurrucó en el asiento del taxi luchando contra sí para retener las lágrimas que amenazaban por salir. Deseó con todas sus fuerzas que la decisión que acaba de tomar sea la correcta porque sabía que si no era así, se arrepentirá de esto toda su vida.</div>
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<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://3.bp.blogspot.com/-eE2Hd5oGAqQ/U8sYOpYaPvI/AAAAAAAACVw/eZtpinHM1XU/s1600/pasi%C3%B3n+2.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="300" src="https://3.bp.blogspot.com/-eE2Hd5oGAqQ/U8sYOpYaPvI/AAAAAAAACVw/eZtpinHM1XU/s1600/pasi%C3%B3n+2.jpg" width="400" /></a></div>
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Sylvia Ellstonhttp://www.blogger.com/profile/14393199731253694883noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-7795763086578944483.post-65322129875677303532014-07-07T07:01:00.000+02:002015-05-12T16:27:45.095+02:00Disención<div style="text-align: justify;">
Yo no empecé esa lucha pero podría haberla evitado. Podría haber ignorado su desafío arrogante y altivo pero no fue así, el orgullo me pudo. Me di cuenta demasiado tarde que una vez empezado, era imposible dar marcha atrás.<br />
Nos aferramos mutuamente y comenzamos una batalla sin cuartel. Mi confianza comenzó a mermarse cuando, sin apenas esfuerzo, me oprimió contra sí, yo continué en mi empeño con más voluntad que convicción cuando la frustración me hizo comprender que estaba perdiendo y poco podría. En silencio, rogué una tregua que me concedió con menosprecio, apoyé la espalda contra la pared mientras recuperaba fuerzas y meditaba si debía ceder a su voluntad.<br />
<br />
Una gota de sudor recorrió mi sien, jadeé exhausta y cerrando los ojos con fuerza, mientras intentaba tomar aliento una vez más, continuamos con furor. No recuerdo cuánto tiempo estuvimos así, pero mi agotado cuerpo rebelaba que fue mucho, demasiado. Me vi obligada a suplicar otra tregua que, para mi apocamiento, volvió a ser concedida. No sé cómo, pero volví a reunir fuerzas y me dispuse a continuar con esa desproporcionada lucha en mi contra. </div>
<div style="text-align: justify;">
Me estaba ganando y lo sabía, pero yo no pensaba darme por vencida, puede que me derrotase, pero no se lo dejaría fácil. Cerré las manos pellizcando con rabia y caímos sobre la cama, sentí que me oprimía las caderas, incluso noté que se jactaba de su ventaja. Arqueé la espalda a la vez que pataleaba con desesperación, apreté los dientes gimiendo a causa del esfuerzo y la ligera abrasión dejaba en mi piel. Pero no podía permitirme desfallecer, es superior a mí lo sé, pero no puedo permitir que me venciese, así no.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Lo solté de nuevo, me incorporé para caer al suelo de rodillas apoyando la frente sobre el dorso de mis manos, Mi voluntad antes férrea, comenzó a cubrirse de herrumbre. Me sentí humillada y quise someterme a la inexorable realidad, pero ese pensamiento solo duró apenas un segundo. Negué con la cabeza y volví en mí, fruncí los labios mientras tragaba saliva con dificultad, oí a mi interior jalear y lentamente, volví a ponerme en pie. Lo agarré con rabia y furia desenfrenada a la vez que contorneaba mi cuerpo en una danza compulsiva. </div>
<div style="text-align: justify;">
Resistió mi contraataque sin dificultad hasta que volvimos a caer de nuevo sobre la cama. Pero no desistí, pataleé esa vez con más furia y noté cómo poco a poco comenzaba a ceder. El retroceso en su lucha renovó mis fuerzas. No podía detenerme, ya no podía porque sentí que la victoria estaba muy cerca y renovó mi energía y fuerza.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Hice acopio de todas las fuerzas que me restaban, oprimió mis caderas con más fuerza que antes pero no consiguió doblegarme una vez más. Supe entonces, que todo dependía de un único esfuerzo más. La balanza se inclinaría en uno u otro lado y debía ser yo quien diese el golpe de gracia para sentenciar definitivamente aquella lucha. Pero mis fuerzas comenzaron a mermar y justo cuando estaba a punto de abandonar, cedió por completo y al fin, con gran alivio, exhalé con exaltación para celebrar mi triunfo.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Esperé unos minutos hasta recuperar el aliento por completo. Me incorporé despacio y lo miré con desdén mientras me regodeaba de mi victoria. Con tranquilidad, me acicalé ante el espejo, peiné mis cabellos alborotados sin poder ni querer borrar la amplia sonrisa que iluminaba mi cara. </div>
<div style="text-align: justify;">
Salí de la habitación no sin antes mirarlo una vez más para regodearme con soberbia a su costa. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Salí a la calle orgullosa de mi hazaña, caminé calle abajo con un poco de dificultad pero bien disimulado, sonriendo a quien se cruzaba conmigo. Recuperada por completo, rememoré lo ocurrido, ¡quería gritar, reír, contar a todos los que quisieran escucharme lo que había ocurrido!, pero sabía que había guardar cautela, por mí. </div>
<div style="text-align: justify;">
No debía ni quería hablar de ello, aquella batalla es personal y nadie debe saberlo, será mi secreto. A fin de cuentas... ¿A quién le importa el trabajo que me ha costado enfrascarme en estos puñeteros pantalones?</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://2.bp.blogspot.com/-pXh-YEGs6XE/U7oU_cgWEaI/AAAAAAAACVg/SbB4YHlN5vo/s1600/mujer-cac3adda1.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="347" src="http://2.bp.blogspot.com/-pXh-YEGs6XE/U7oU_cgWEaI/AAAAAAAACVg/SbB4YHlN5vo/s1600/mujer-cac3adda1.jpg" width="400" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
Sylvia Ellstonhttp://www.blogger.com/profile/14393199731253694883noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-7795763086578944483.post-11169191749960572332014-07-01T23:24:00.002+02:002014-07-01T23:24:42.115+02:00Desafío Literario.<div style="text-align: center;">
XL</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Cómo explicar lo que siento cuando me enfrento al papel en blanco.</div>
<div style="text-align: justify;">
Ocasionalmente, mis musas me abandonan, me dejan sola.</div>
<div style="text-align: justify;">
No me dejo vencer con facilidad pues mi meta está en lo alto.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Numerosos son los retos y encuentro más derrotas que logros.</div>
<div style="text-align: justify;">
Encontrando formas de avanzar, obviando aquello que me asola.</div>
<div style="text-align: justify;">
Objetivo marcado, aplanar el camino de todo escollo.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Con más ilusión que convicción, me dispongo a plasmar mi idea.</div>
<div style="text-align: justify;">
Unificando los sentimientos entre versos y palabras.</div>
<div style="text-align: justify;">
Tácitamente doy forma a todo lo que mi mente planea.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Recorro kilómetros de tinta narrando historias, vivencias.</div>
<div style="text-align: justify;">
Encauzando el destino de personajes a los que di vida.</div>
<div style="text-align: justify;">
No hay forma de parar, debo llegar al final con diligencia.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El final está en mi cabeza pero aún falta para llegar.</div>
<div style="text-align: justify;">
Obstinada y tenaz, con ojos vidriosos por falta de sueño.</div>
<div style="text-align: justify;">
Inevitable momento, el punto final debo ya agregar.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Nuevo reto al que me enfrento, saber el veredicto final.</div>
<div style="text-align: justify;">
Diversas opiniones me esperan, pero ya estoy preparada.</div>
<div style="text-align: justify;">
Impaciente espero que mi pasión al fin sea algo oficial</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://1.bp.blogspot.com/-w9rXhAXxXXQ/U7Mm6r1U_6I/AAAAAAAACVQ/o4vNHwwkIn0/s1600/maquina-de-escribir.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="http://1.bp.blogspot.com/-w9rXhAXxXXQ/U7Mm6r1U_6I/AAAAAAAACVQ/o4vNHwwkIn0/s1600/maquina-de-escribir.jpg" height="358" width="400" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
Sylvia Ellstonhttp://www.blogger.com/profile/14393199731253694883noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7795763086578944483.post-51286323254308546382014-06-18T20:25:00.001+02:002014-07-10T02:26:24.208+02:00Versátil<div style="text-align: justify;">
Tres horas pasaron de la media noche, el local estaba rebosante y reinaba buen ambiente. Bailé como solía hacer, embriagándome con el son de la música mientras contorneaba mi cuerpo de modo insinuante. Me encantaba la sensación de ser observada para ignorar seguidamente las miradas que me dirigían. Cerca de cumplir los veinte años, sentía que tenía el mundo al alcance de las manos y podía hacer lo que me apetiera y cuanto quisiese.<br />
La música cambió de estilo y me dirigí al rincón donde estaban sentados algunos de los amigos que formaba el grupo con el que solía salir. </div>
<div style="text-align: justify;">
Sirvieron nueva ronda de cerveza, alguien pidió por mí y me limité a alzar el botellín para agradecer la invitación sin dirigirme a nadie en particular, mi vecino del segundo, se apresuró para notificar la autoría de dicho gesto. Tuvimos una breve y banal charla, quise reunirme con algunos compañeros de clase que vi en la pista de baile y dejé la bebida sobre la mesa, alargué el brazo de tal modo que dejé que el tirante de mi vestido se resbalase de mi hombro. Puede que fuese por inercia o que no se pudo contener, pero él lo colocó en su sitio mientras me acarició disimuladamente con el pulgar. Le miré fugazmente y me erguí zozobrada. "Tengo ganas de ti" me susurró al oído. Sonreí halagada y con timidez, me incliné hacia delante para coger mi bebida de nuevo y así ocultar el brillo de satisfacción con un ápice de malicia que apareció en mis ojos al mismo tiempo que dejaba mi escote al alcance de su mirada.</div>
<div style="text-align: justify;">
Después de varias semanas de coqueteos inocentes y sutiles insinuaciones, al fin entró en mi terreno y decidió a dar el paso. Me encantaba que pensasen que son ellos los que se lanzan.<br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
La velada transcurrió como cualquier salida, nadie podía darse cuenta de lo que se avecinaba entre nosotros, era parte del juego... mi juego.</div>
<div style="text-align: justify;">
Nos dispusimos a regresar cada uno a sus respectivas casas. El grupo se iba desgranando poco a poco a medida que recorrimos las calles. Hablamos todos, mezclando conversaciones de exámenes, trabajos y planes para una nueva escapada colectiva.<br />
Cuando llegamos a nuestro portal, me despedí de todos con un par de besos de cortesía en las mejillas, dejando a mi vecino el último a propósito y acepté su invitación con la mirada antes de entrar en mi piso y desaparecer en su interior.</div>
<div style="text-align: justify;">
Permanecí en silencio con la espalda apoyada en la puerta, pude escuchar sus pasos al subir las escaleras hasta que reinó el silencio. Fruncí el ceño molesta ante el desplante, él sabía que estaba sola en casa, era una oportunidad imposible de rechazar. Ya me disponía a acostarme, cuando volví a escuchar sus pasos, esta vez descendiendo rápidamente. Llamó a la puerta con los nudillos y sonreí con malicia mientras esperaba que volviese a llamar. Mientras giraba el pomo, cogí aire y exhalé lentamente para mentalizarme en el papel que debía interpretar. Abrí la puerta despacio y miré hacia el descansillo con una mezcla de sorpresa y perturbación. Sus ojos azules se clavaron en mí mientras sus labios carnosos dibujaron una sonrisa confidente, todo su cuerpo trasmitía seguridad en sí mismo. </div>
<div style="text-align: justify;">
Me dejé llevar hasta el trastero comunitario y atrancó la puerta. Fingí nerviosismo mientras él se apresuró en apartar algunos trastos para poder tirar al suelo, un colchón que allí había. </div>
<div style="text-align: justify;">
Me besó con avidez mientras deslizaba sus manos bajo mi vestido para explorar mi intimidad. Cumpliendo con las normas del juego, dejé que él llevase las riendas. Apretó mis nalgas con firmeza para levantarme, crucé las piernas alrededor de su cintura y me llevó hacia el colchón. Nos dejamos llevar arrastrados por el deseo contenido aderezado con los vapores del alcohol. Desinhibidos, nuestros cuerpos se fusionaron en una lucha de lujuria salvaje hasta quedar extenuados y sudorosos.</div>
<div style="text-align: justify;">
Nos despedimos al despuntar el alba, una vez sola en mi piso, miré hacia el techo sonriendo como una niña orgullosa de su travesura, mientras el sonido de sus pasos desaparecían un par de pisos más arriba. Me tumbé en la cama quedándome dormida casi al instante.</div>
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Al día siguiente, ninguno mencionó lo ocurrido. Continuamos comportándonos como siempre, tanto cuando estábamos en grupo o cuando coincidíamos a solas. Aunque de vez en cuando, sí que le dedicaba breves miradas tiernas o sonrisas confidentes. Al cuarto día, volvió a mi encuentro.</div>
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Subí a la azotea para tender la ropa mientras cantaba en voz alta para cerciorarme que me escuchaba, aminoré el paso cuando llegué a su descansillo. Pude adivinar que me espiaba por la mirilla porque una sombra delatadora apareció bajo su puerta. </div>
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Una vez en la azotea, continué cantando mientras tendía la ropa, apareció de repente tras una sábana y gesticulando con intención de asustarme. Lancé un chillido para demostrar mi sorpresa ante tan "repentina" aparición mientras me reía aceptando la broma. Se prestó a ayudarme y acepté con una sonrisa cortada mostrando que su presencia me turbaba. </div>
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Estaba colocando la última prenda cuando me abrazó desde atrás, comenzó a besarme la nuca y mordisquear el lóbulo de la oreja. Un escalofrío recorrió mi espalda y me estremecí. Nos refugiamos de las posibles miradas curiosas en el antiguo lavadero comunitario, dejado allí como parte de decoración del inmueble o dejadez del casero. Envueltos en la penumbra, devoró mis pechos y jugueteó con mis pezones endurecidos mientras mis dedos desaparecían entres sus negros rizos y le aferré a mi cuerpo. Me hizo girar sobre mi eje obligando a darle la espalda apretándome con su cuerpo, puse la manos en la pared por encima de mi cabeza. Agarró mis muñecas con una mano mientras que con la otra, asía mi cadera apretándola al ritmo de su lujuria. La tosca pared arañaba mi piel y eso aumentó el placer que sentía. El morbo de poder ser descubiertos, incrementó aún si cabía más, el deseo de poseernos como animales. A cada empuje, le suplicaba entre jadeos más y más. Volvió a girarme y me levantó en volandas para sentarme sobre una de las pilas de piedra. Continuó embistiendo casi con desesperación para acceder a mis imperativas exigencias. Llegamos al cenit ahogando un alarido que nunca llegó a salir de nuestro interior. Se apartó de mi cuerpo lentamente mientras me besó en los labios con suavidad. Permanecimos en silencio hasta que el leve temblor que aún sentíamos desapareció por completo.</div>
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Regresamos a nuestras casas con un par de escalones de distancia entre ambos, nos separamos en silencio, continué bajando y aún sabiendo que él permanecía en su descansillo viendo como me alejaba, no me giré ni le lancé una última mirada furtiva.</div>
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Creo que había pasado poco más de un mes desde nuestro primer encuentro clandestino. Nos comportamos como amantes furtivos, disfrutando del morbo que provocaba aquel secreto. Nadie del grupo habitual o los esporádicos de la academia donde estudiaba y que a veces nos acompañaban, sospecharon nada. Todo estaba saliendo a la perfección, tal y como esperaba. Pero todo se torció...<br />
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Fue un sábado por la noche, aquel día no me apetecía salir. Preferí quedarme en casa y ver una película cuyo anuncio me llamó la atención. Cuando emitieron el primer bloque publicitario, aproveché para preparar una cena rápida. Estaba aderezando la ensalada cuando llamaron a la puerta, era mi vecino.<br />
- He visto que tenías luz en casa por el patio de vecinos- dijo mientras mostraba media docena de latas de cerveza.<br />
Le invité a pasar, escondiendo tras una falsa sonrisa, mi malestar por aparecer sin que yo haya provocado ese encuentro. Una cosa era dejar que pensase que dominaba la situación y otra muy distinta que realmente crea que me tiene atrapada en sus redes y aparezca de repente con aires de macho alfa.<br />
Me acompañó a la cocina e inmediatamente se unió a la preparación de la cena. En esta ocasión, mi incomodidad no fue fingida, comenzaba a comportarse como una pareja estable y eso rompía mis reglas.<br />
Comimos en silencio mientras veíamos la película, cuando acabamos la cena, me acurruqué junto a él para estar más cómoda. Comenzó acariciándome el pelo y fue bajando lentamente por mi brazo, llegó al costado y acabó masajeándome el seno. Buscó mis labios y me reclinó sobre el sofá mientras me desvestía lentamente. Derramó un poco de cerveza sobre mi tórax y lo limpió con la lengua desde el pecho hasta el vientre, después subió lentamente mientras separaba mis piernas y acopló su cuerpo al mío.<br />
Le dejé hacer, sus movimientos se me antojaron mecánicos y monótonos. Jadeé en su oído murmurando palabras inteligibles, aunque mis ojos permanecían atentos a la pantalla y clavé las uñas en su espalda cuando estalló, pero mis pensamientos estaban más allá. Mientras él respiraba con dificultad intentando recuperar el aliento, le acaricié la espalda mientras meditaba sobre la certeza que el juego había llegado a su fin. Terminamos con el resto de las cervezas y cuando finalizó la película, fingí estar agotada y algo mareada, accedió a marcharse y le di un largo beso mientras buscaba las palabras adecuadas para decirle cuando surja el momento oportuno.</div>
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Después de un par de días o más, estábamos charlando y fumando sentados en descansillo del portal. Empezó a ponerme al día de sus cosas, asentí sonriente mientras yo me preguntaba el por qué me soltaba ese tostón si no le había preguntado por su vida. Después se interesó por mí y sobre lo que había hecho últimamente. Comenté con naturalidad, que la única novedad era que me había topado con un amigo común en la academia y que, indirectamente, había propuesto vernos a solas.<br />
Me miró a los ojos de forma extraña, creo que buscaba algo en ellos aunque no sabría decir el qué exactamente. Supongo que no encontró lo que quería ver, porque manteniendo la misma actitud que yo pero mal disimulado, preguntó sobre lo que respondí a ese amigo con un tono que parecía exigir que mi respuesta fue una negativa. Encogí los hombros con indiferencia, tuve que luchar por no estallar a carcajadas porque en verdad me estaba divirtiendo con sus aires de "eres mía", contesté con franqueza y sin tapujos que el fulano en cuestión me había llamado la atención y que no me importaría darle lo que me pedía.<br />
Me clavó sus ojos como se mira al infiel, acusándome. Sonreí con sarcasmo y le recalqué hablando pausadamente y tono chulesco, que yo era libre de hacer lo que me apetezca, cuando me apetezca y con quien me apetezca. </div>
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Se puso en pie como si algo le hubiese pinchado, me miró con rabia contenida reprochando que le había decepcionado, se mostró dolido o humillado, vete a saber. Incluso me insultó con los improperios apropiados para la ocasión, me lanzó una última mirada gélida antes de alejarse escaleras arriba y entró en su casa tras un sonoro portazo.</div>
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Terminé el cigarrillo tranquilamente mientras analizaba lo que había ocurrido. Pensé que, seguramente reaccionó así porque no quise continuar con nuestros encuentros. A lo mejor, herí su orgullo porque fui yo y no él, quien terminó con ese juego. También puede que interpretase erróneamente mis intenciones. O lo más improbable, que hubiese creído que él era el "elegido", ese idealizado caballero de reluciente armadura que que me enseñaría lo que más anhelaba en secreto... amar y ser amada. Al pensar eso último me dio un ataque de tos provocado por el humo del tabaco y una sonora carcajada.<br />
Sea como fuere, tampoco me importó mucho. No hubo promesas, compromisos o vínculo alguno, no mentí ni engañé. Él sabía como era yo, me conocía perfectamente, sabía sobradamente que no es el primero que entra y sale de mi vida de ese modo. Así que es su problema si creyó otra cosa. Pero bueno, fue bonito mientras duró, eso no lo negaré nunca.</div>
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Realmente no estoy segura del todo de lo que él pudo pensar o lo que quiso sacar de todo aquello. Puede que ya olvidó aquellos encuentros o como yo, los haya recordado por un detalle vinculante. En fin, tampoco eso es de mi incumbencia.<br />
De lo único que estoy segura y es lo que para mí cuenta, es que ambos disfrutamos y salimos ganando en aquel juego... mi juego.</div>
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<a href="http://1.bp.blogspot.com/-r-H9OrHJif4/U6HY8AiG6bI/AAAAAAAACUw/zwVP1AHclAg/s1600/manipulado.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="http://1.bp.blogspot.com/-r-H9OrHJif4/U6HY8AiG6bI/AAAAAAAACUw/zwVP1AHclAg/s1600/manipulado.jpg" height="380" width="400" /></a></div>
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Sylvia Ellstonhttp://www.blogger.com/profile/14393199731253694883noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-7795763086578944483.post-69882926119264602502013-12-09T14:32:00.000+01:002015-08-08T20:01:20.568+02:00Noche estival<div style="text-align: justify;">
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El mar estaba en calma, las olas lamían la orilla con suavidad y su rumor nos envolvió en un silencio sosegado. Algunos mirábamos hacia el mar, ensimismados por el destello que el plenilunio provocaba en su superficie. Otros, mantenían la mirada fija en la fogata, relajados por el crujir de la leña.</div>
<div>
El "Rubio" cogió su guitarra y acarició con descuido las cuerdas, cuando todas las miradas se centraron en él, esbozó una mueca a modo de sonrisa y comenzó a tocar la melodía de "Imagine", inmediatamente, todos comenzamos a ladear la cabeza al ritmo de la música susurrando la letra de aquella canción que, se había convertido en el himno de aquel modo de vida que todos ansiábamos tener pero que ninguno se atrevía a prolongarlo más allá de la época estival... Paz, amor libre y un mundo fraternal carente de doctrinas e injusticias. </div>
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Mientras cantábamos, íbamos dando caladas y pasando el pitillo. El "Rubio" aseguró que era de la mejor que había encontrado y debía ser verdad, porque pronto comenzamos a sentir que nuestras mentes se expandían y empezamos a reír por todo. Por las pecas de la "Loca", el peinado de la otra, el pedo que se había tirado el "Moreno", la guitarra del "Rubio"...</div>
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Hablando, fumando, debatiendo, bebiendo, riendo y meditando, llegamos a un nuevo tema de conversación:</div>
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"El amor libre"</div>
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Todos coincidíamos en lo mismo, rechazábamos la unión egoísta donde las parejas se convierten, uno en la propiedad del otro. El amor debe ser sincero y lo único que se debe dejar como prenda es la confianza mutua. Aunque había dos modos de amar: El amor físico, que es aquello que todos reclamamos por puro instinto y el amor desde el alma, ese que en secreto, todos anhelábamos encontrar.</div>
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La charla derivó sobre el sexo entre amigos, ahí todos afirmamos con unanimidad. Eso era algo habitual entre el grupo y lo practicábamos con asiduidad. Ninguno había exigido a nadie compromiso alguno, o habían hablado del asunto entre ellos u otros más allá del amanecer del día siguiente. Al menos en nuestro caso, sí era cierto que fortalecía la amistad. </div>
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Todos sabíamos que estábamos mal vistos en el instituto, los pasillos estaban infestados de habladurías sobre nuestro modo de ser: "Revueltos pero no juntos"</div>
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No nos importaba lo más absoluto, es más, nos divertía. Sabíamos que simplemente, esos que nos repudian, nos envidiaban porque hacíamos aquello que les hubiese gustado hacer pero se reprimían por ese miedo social que nosotros rechazamos, el "¿Qué dirán?". Todo porque ellos estaban demasiado fusionados con la sociedad y la falsa moralidad de la sociedad, prefieren en mostrarse tal y como la gente espera de ellos y no tienen el valor para siquiera intentar liberarse.</div>
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- ¿Alguna vez habéis besado a alguien de vuestro mismo sexo? - Preguntó de repente el "Rubio" mientras tensaba las cuerdas de su guitarra.</div>
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Todos callamos un instante, esperando que alguien respondiese, pero la única respuesta que dimos fueron unas risitas contenidas acompañadas de negaciones de cabeza, comenzó un nuevo debate. </div>
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Aunque somos de espíritu liberal, la mayoría de nosotros provenimos de familias conservadoras, por no decir intolerantes. Dicho de otra manera, nos educaron sobre un modelo de familia y una conducta social que se debe seguir si queríamos encajar en el mundo que nos habían arrojado... chorradas, en mi opinión.</div>
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Terminamos concluyendo que, no habíamos besado a nadie de nuestro mismo sexo por dos motivos, el primero porque nunca sentimos esa curiosidad y en segundo lugar, no nos lo habíamos planteado porque simplemente, nunca nos surgió esa situación.</div>
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Puede que fuese por el efecto de la marihuana, los vapores del alcohol o por mí misma, que siempre tenía el "¿Y por qué no" en la boca. Pero el caso fue que, cuando el "Rubio" preguntó si había alguno dispuesto a probar, fui la primera en responder afirmativamente.</div>
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Comenzaron a reír, yo fingí que me ofendía y aseguré que hablaba completamente en serio. La "Peli" me miró con los ojos achispados y las pupilas ligeramente dilatadas y sonrió con picardía.</div>
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- ¿Me besarías a mí? - preguntó con un tono que invitaba a reto.</div>
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- ¿Y por qué no? - respondí encogiendo los hombros con indiferencia - Total, ya he "catado" a todos los chicos del grupo ¿no?</div>
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- A todos no - interrumpió el "Vaina" - Solo te lo puntualizo.</div>
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- Tú espera sentado "chulovaina" - le lancé un mohín </div>
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Los demás estallaron a carcajadas, mientras, el "Vaina" dobló los dedos para simular una pistola y tras apoyarlo en la sien, simuló recibir un tiro y cayó desplomado de espalda sobre la arena.</div>
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- Estamos igualadas, aquí queda poco que "catar" - Rió la "Peli" mientras sacudía sus rizos - Total, por probar...</div>
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- Que no quede - terminé la frase mientras le lanzaba una sonrisa cómplice.</div>
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Todos estaban expectantes, solo se podía escuchar el rumor del mar y el chisporroteo de la leña. La "Peli" y yo nos sentamos de rodillas, una frente a la otra, mirándonos fijamente. Nos acercamos muy despacio con la vista fija en los ojos. Nuestros labios casi se habían rozado cuando nos apartamos la una de la otra con una risita nerviosa y algo cortadas.</div>
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Algunos murmullos escaparon del resto del grupo, unos afirmando que ya sabían que no nos íbamos a atrever y algún que otro resoplido de desilusión.</div>
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Fruncí el ceño mirándoles de reojo, agarré la cara de la "Peli" con ambas manos y la besé. Fue un beso fuerte, labios contra labios. Se escucharon exclamaciones de asombro y alguna que otra risa, pero comenzaron a sonar lejanas.</div>
<div>
Ambas nos relajamos y comenzamos a besarnos con suavidad, nos abrazamos de tal manera que, no se sabría decir quién era quien. Entrelazamos nuestras lenguas, degustando nuestro sabor, acariciando nuca y hombros... Fue un beso largo, tierno, sensual y delicioso.</div>
<div>
No sé cuánto tiempo duró aquel beso porque parecíamos estar ajenas al tiempo y el espacio. Cuando nos separamos, ambas sonreímos con malicia, como un niño disfrutando con una travesura bien realizada.</div>
<div>
Los demás nos miraron estupefactos, algunos sorprendidos porque al final nos atrevimos, otros desconcertados por lo que acababan de presenciar, en este caso, la parte fémina del grupo y un par de ellos que se adivinaba sus pensamientos, uno porque simplemente se fue a zambullirse en el mar sin decir nada más y el otro porque se estaba secando con el dorso de la mano, un hilillo de baba que asomaba por la comisura de los labios.<br />
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<div>
- ¿Y bien? - preguntó el "Moreno" mirando con sátira y la voz algo entrecortada - ¿Cuál es el veredicto?</div>
<div>
- Pues como cuando me "enrollé" contigo - respondí con naturalidad - Ha estado muy bien, pero no tanto como para repetirlo.</div>
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Todos estallaron a carcajadas, el "Rubio" volvió a tocar una nueva canción, esta vez fue "What's up" y nos unimos a él entrelazando nuestras manos formando un círculo. La noche era templada y decidimos darnos un baño todos juntos y desnudos.</div>
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Han pasado muchos años desde aquellas noches estivales, pero aunque al final nos rendimos ante algunos reglamentos de la sociedad para sobrevivir, sé que ellos al igual que yo, aún tiene intacta aquella alma libre y salvaje que de vez en cuando grita desde nuestro interior reclamando su libertad.</div>
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<a href="http://4.bp.blogspot.com/-KUIeUgw8G5g/VcZD4LZeiUI/AAAAAAAAICs/xQShQ5vddMg/s1600/les03.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="310" src="http://4.bp.blogspot.com/-KUIeUgw8G5g/VcZD4LZeiUI/AAAAAAAAICs/xQShQ5vddMg/s400/les03.jpg" width="400" /></a></div>
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Sylvia Ellstonhttp://www.blogger.com/profile/14393199731253694883noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-7795763086578944483.post-62067908657824451042013-11-18T21:04:00.003+01:002021-03-06T11:09:29.261+01:00Jaque mate. <div style="text-align: justify;">
Una densa nube de tabaco estaba suspendida en la estancia en penumbra, pronto oscurecerá y podrá salir... una vez más. Aleksandr fijó la vista en el tablero que estaba frente a él, se reclinó para coger una de las monedas que tenía sobre los escaques y la miró con detenimiento. ¿Catorce años ya?, se preguntó mientras esbozaba una fría sonrisa. entrecerró los ojos mientras los recuerdos le transportaban más allá de su cuchitril...</div>
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...................................................................</div>
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Un relámpago rompió en la oscuridad de la noche rasgando el cielo y dibujó el contorno de la ciudad. Aleksandr levantó la mirada al cielo cuando el trueno retumbó en sus oídos, hizo un amago de sonrisa. Era una señal, lo presentía.</div>
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Tiró el cigarrillo al suelo y se centró en ver cómo se consumía, sentía que sus pulmones ardían, había fumado demasiado y aún así, se encendió un quinto cigarrillo. El débil haz que provocó la llama acentuó aún más si cabía sus dura faz picada ligeramente por la viruela.</div>
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Un corredor pasó junto a él, cruzaron las miradas un instante y éste continuó su camino sin prestarle más atención. Aleksandr chasqueó la lengua, estaba harto, harto de ser invisible, de sentirse insignificante, de tener la sensación de no haber hecho nada destacable o admirable en su vida.</div>
<div style="text-align: justify;">
Su aspecto no le ayudaba, su mirada perdida le daba apariencia de retrasado, al menos es lo que estaba seguro que decían sobre él. Pero se acabó, todo esto desaparecerá porque ahora tiene un plan y cuando lo lleven a cabo, todos sabrán quién es Aleksandr Pichuskin y no solo en Rusia, en el mundo entero.</div>
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- ¿Cuál es tu magnífica propuesta? - Vladimir le interrumpió de sus pensamientos, era compañero de clase y de las pocas personas que se molestaba en hablarle - Hace un tiempo de perros ¿qué hacemos en el bosque a estas horas?</div>
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- Vamos a ser famosos - respondió sin disimular su entusiasmo - Hablarán de nosotros incluso después de muertos.</div>
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- ¿De qué estás hablando? - Vladimir arqueó las cejas y luchó por no soltar una carcajada - ¿Famoso tú?</div>
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- Sí, vamos a superar a Andrei Chikatilo - murmuró tras dar un largo sorbo a su botella de vodka - Seremos mejor que él, borraremos del mapa a vagabundos y prostitutas, tú y yo limpiaremos la ciudad de...</div>
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- ¿Estás loco o borracho? - Vladimir retrocedió un paso tanto por el impacto que le provocó oír aquello como los vapores de alcohol que su compañero despedía y le mareó ligeramente - ¡No quiero saber nada de esto, todos tenían razón, eres un pirado!.</div>
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<br /></div>
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Aleksandr vio como su compañero le daba la espalda. Había estado elaborando un intrincado plan, estaba todo pensado e incluso quiso compartir fama con él, y ahora este cretino tira por tierra todas su ilusiones, incluso se ha reído de él. La mente se le nubló, Vladimir ha elegido ser el primero...</div>
<div style="text-align: justify;">
Caminó en dirección contraria que la de él y en el primer codo del camino, se escondió entre la maleza para perseguirle con sigilo. </div>
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Vladimir escuchó las hojas y ramas crujir a su espalda, se giró por instinto y vio fugazmente unos ojos fríos y carentes de brillo que, inyectados en sangre le traspasó. Un dolor agudo en la sien hizo que todo se volviese negro y en estado semi inconsciente, notó cómo era arrastrado mientras una voz hueca y lejana, le lanzaba toda clase de insultos.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
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Aleksandr arrastró a su compañero apartándole del sendero. Miró nervioso en todas direcciones intentando pensar qué hacer. Pero no había nadie por ahí y el único sonido que rompía el silencio era su propia respiración agitada. Vio una alcantarilla destapada y con alivio, se dirigió allí.</div>
<div style="text-align: justify;">
Vladimir estaba demasiado aturdido para percatarse de lo que estaba pasando, solo cuando su cuerpo cayó al vacío para sumergirse en el agua fría de la alcantarilla, se espabiló por completo. Intentó aferrarse a las paredes de piedra con desesperación, no llegaba al fondo y no sabía nadar. Aleksandr se acuclilló en el borde para observarle mejor. Cuanta más desesperación y angustia demostraba tener su compañero, más poderoso se sentía él. Disfrutó, disfrutó cómo Vladimir pedía ayuda, cómo se sometía a él, cómo las uñas ensangrentadas quedaban clavadas en la piedra... Tras varios minutos de angustia para uno y disfrute del otro, Vladimir se sumergió por última vez y lanzó su último soplo de vida a modo de una única burbuja que brotó en la superficie.</div>
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<div style="text-align: justify;">
Pasaron tres meses cuando la policía encontró el cuerpo de Vladimir, no hallaron ninguna pista y finalmente cerraron el caso declarándolo un accidente. Aleksandr se sintió más confiado, había saboreado el placer de quitar la vida con sus propias manos y ahora, necesitaba sentirlo nuevamente, esa sensación de poder se había arraigado en su albedrío como una droga.</div>
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<div style="text-align: justify;">
Invitó a un indigente a vodka para ganarse su confianza y con engaños, le llevó a lo alto de un edificio donde le arrojó al vacío. Sonrió con amplitud al oír cómo el cráneo de aquel desgraciado reventaba contra el pavimento, pero se sintió algo decepcionado, no sintió tanta satisfacción como pensó, necesitaba más, necesitaba usar las manos, mirar la angustia de su víctima clavados en su retina...</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Varios días después, volvió a sentir que necesitaba buscar más víctimas. Antes de salir de casa, rebuscó en la caja de herramientas y la mirada se le iluminó al ver un pesado martillo de hierro. Cuando levantó la herramienta para observarla detenidamente, sintió que era una extensión más de su cuerpo.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Estaba tomando su tercera copa cuando una chica poco agraciada le dedicó una sonrisa, él devolvió el gesto levantando su copa e instándole a que le acompañe. Tras una hora de conversaciones banales y hacerle creer a la chica que estaba interesado por ella, la convenció para dar una vuelta por el parque y buscar algo más de intimidad. </div>
<div style="text-align: justify;">
Se detuvieron bajo un puente y ella le besó con impaciencia. Aleksandr se dejó llevar durante un rato, pero la falta de pudor de aquella zorra, le provocó asco. Tras comprobar por el rabillo del ojo que no había nadie más y agudizar el oído a cualquier sonido ajeno a ellos, con disimulo se llevó la mano a la espalda y agarró el mango del martillo que tenía oculta tras su cazadora. </div>
<div style="text-align: justify;">
Ella se desplomó en el suelo sin emitir sonido alguno al recibir el primer golpe, Aleksandr se arrodilló sobre ella sentándose en su vientre y comenzó a asestarle un golpe tras otro. Por cada martillazo que daba, más incrementaba su éxtasis e su violenta conducta iba en aumento hasta liberar la bestia que llevaba dentro y cuando la sangre de su víctima le salpicó la cara le provocó un clímax sexual.</div>
<div style="text-align: justify;">
Se alejó de ella silbando alegremente mientras su silueta se difuminaba hasta desparecer en la brumosa noche sin luna...</div>
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<br /></div>
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.............................................................</div>
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<div style="text-align: justify;">
Catorce años han pasado y aún no ha podido saciar su sed de sangre. Volvió a dejar la pieza en el tablero y observó con orgullo y satisfacción su trofeo. Un tablero, una moneda en cada escaque, una por víctima... sesenta y una monedas, tres más y habrá cumplido su objetivo. Una sensación de vacío le invadió, cuando no queden más casilleros... ¿qué hará entonces?</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Unos violentos golpes en la puerta le arrancaron bruscamente de sus pensamientos. ¡Policía, abra la puerta! gritaron desde el otro lado. Aleksandr se puso en pie con suma tranquilidad mientras mantenía la mirada fija en su tablero. Ha superado a Chikatilo, su mentor, su fuente de inspiración.</div>
<div style="text-align: justify;">
Los agentes derribaron la puerta y le redujeron para esposarle.</div>
<div style="text-align: justify;">
- Habéis salvado la vida de muchas personas al atraparme, nunca me hubiese detenido - Contestó con tranquilidad cuando uno de los agentes le preguntó si tenía algo que declarar - Ahora lo sé, porque para mí, una vida sin homicidios es como para ustedes, una vida sin alimentos.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://1.bp.blogspot.com/-NlQDKmHZEuM/UopyewHIwHI/AAAAAAAABNw/l1HfHpwu5ss/s1600/jaque.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="300" src="http://1.bp.blogspot.com/-NlQDKmHZEuM/UopyewHIwHI/AAAAAAAABNw/l1HfHpwu5ss/s400/jaque.jpg" width="400" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div style="background-color: white; font-family: sans-serif; font-size: 13px; line-height: 19.1875px; margin-bottom: 0.5em; margin-top: 0.4em;">
<div style="text-align: justify;">
<b>Nota de la autora: </b>Aleksandr Pichuskin es un asesino en serie ruso, conocido como "el asesino del ajedrez", quería que sus asesinatos igualaran al número de casillas de un tablero de ajedrez, es decir 64.</div>
<div style="text-align: justify;">
Quería batir el récord del asesino en serie más célebre de Rusia, Andrei Chikatilo, condenado a muerte y ejecutado en 1994 por el asesinato de 53 adolescentes y niños en el sur del país.</div>
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El 24 de octubre de 2007 fue declarado culpable de 48 asesinatos y tres tentativas de asesinato por un tribunal ruso. La pena máxima en Rusia es la cadena perpetua, después de que la pena de muerte, que no ha sido abolida, está suspendida hasta el 2010.</div>
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Desde su detención, Aleksandr solo declaró tres frases:</div>
<div style="margin-bottom: 0.5em; margin-top: 0.4em; text-align: center;">
-<i>No maté 49, maté 61</i></div>
<div style="margin-bottom: 0.5em; margin-top: 0.4em; text-align: center;">
-<i>Una vida sin homicidios para mí es como una vida sin alimentos para ustedes</i></div>
<div style="margin-bottom: 0.5em; margin-top: 0.4em; text-align: center;">
-<i>Salvaron la vida de muchas personas al atraparme, nunca me hubiera detenido</i></div>
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Sylvia Ellstonhttp://www.blogger.com/profile/14393199731253694883noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7795763086578944483.post-7795417466638290322013-10-29T21:38:00.000+01:002013-11-10T15:58:49.013+01:00Platónico (Erótico)<div style="text-align: justify;">
<span style="text-align: justify;">El Sol ya se ha ocultado, es la hora. Puedo escuchar sus pisadas crujir sobre la madera, viene hacia mí como cada noche y como cada noche, siempre viene con tranquilidad. En cambio yo, apenas puedo contenerme. La impaciencia se apodera de mi, ojalá pudiese levantarme e ir yo a por ella... ojalá.</span></div>
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Me destapa con esa delicadeza tan característica en ella cuando llega este momento. Con movimientos autómatas me prepara. De mí sale un sonido parecido al de una cremallera deslizándose. Le indico así que estoy lista para comenzar, me rindo ante ella completamente sumisa.</div>
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Ella marca la silueta de sus labios con su lengua húmeda y me estremezco, aunque no puede notarlo. Y comienza nuestro ritual íntimo...</div>
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Sus dedos ágiles cual felina de la Sabana, comienzan a deslizarse sobre mí. Al principio con suavidad, delicadeza y un poco insegura. Pero a medida que su mirada se pierde más allá de la realidad, cuando su mente la transporta a lugares que solo yo puedo encontrarla, se vuelve más impulsiva e impaciente.</div>
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Me dejo hacer, ¡oh qué sensación! quiero gritar que siga, que me de más y más rápido, pero no puedo y aunque me frustra el no poderme mover o hablar, la satisfacción de saber que soy toda suya, compensa todo lo demás y para mí es suficiente.</div>
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Tap, tap, tap, tap... es el único sonido que puedo emitir, pero parece que ella los sabe interpretar porque ambas hemos llegado a un punto donde el frenesí ha sustituido nuestro libre albedrío, lo único que mostramos es el instinto más ancestral. Cada vez que me agarra la parte superior y la desliza con brusquedad, siento que voy a estallar.</div>
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De sus labios salen estas palabras:</div>
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"Él sintió unos puntos de calor mullido sobre sus teclas como la leve cosquilla de un despertar sin apremio"</div>
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Y aunque me sé que no se dirige a mí, yo así lo imagino, pues así es nuestra relación. Ambas disfrutamos juntas, aunque nuestras mentes estén distantes. Pero esas palabras que acaba de pronunciar... es así como me siento. ¡Oh Dios, sabe como me siento! mi éxtasis incrementa hasta un punto incalculable.</div>
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Continuamos durante horas, la alborada no está lejana, pero la intensidad no ha mermado. Me desliza, toca hasta el último rincón de mi ser con sus largos y finos dedos. Pero como siempre hace, sin previo aviso, se detiene bruscamente. Me mira fijamente durante un instante y con firmeza, me desprende del lienzo antes blanco y ahora impregnado de su desinhibir. Ese es mi clímax y siento traspasar las puertas del Nirvana.</div>
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Sin mediar palabra, ella se marcha bajando las escaleras con pesadez. Sé que ella no sabe lo que pasamos juntas cada noche significa para mí. ¿Cómo puede saberlo? es algo irreal, es un sueño. Un sueño entre ella, una escritora y yo... su máquina de escribir.<br />
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Sylvia Ellstonhttp://www.blogger.com/profile/14393199731253694883noreply@blogger.com0