XXXV
Tierra, tan solo tierra.
De granate tú quedaste impregnada,
absorbiste su aroma mortal,
no quieres esa vida que aún queda,
callas así la gesta medieval.
Tierra, tan solo tierra.
Inerte como tú, sobre ti, él cae,
le recibes cubriendo su piel,
rozas sus labios con sabor a hiel,
amas ese olor a muerte que te atrae.
Tierra, tan solo tierra.
Desprecias esa afrenta cometida,
pero no te importa la razón,
quien a ti va, no le das opción,
presos en tu morada, no cabe huida.
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